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ACCIDENTE AIRBUS A400M

El accidente del Airbus, un batacazo para la industria militar europea

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
España10-05-2015

El accidente del Airbus A-400M supone un batacazo para la industria militar europea ya que el proyecto Airbus military es uno de los más innovadores a nivel de Defensa europea. Es un programa que financian siete países europeos -junto con Malasia-, en el que Airbus es su mano derecha para renovar la flota de aviones militares de transporte. Sin embargo, los sobrecostes y los retrasos de los pedidos han provocado el descontento de los países, que se rebelan contra el fabricante. El accidente supone ahora un nuevo varapalo.

Siete países europeos se comprometieron en 2003 a comprar 180 unidades de uno de los aviones más innovadores del mercado un Airbus que se diseñaría más tarde, en 2011. A Francia, España, Alemania, Reino Unido, Luxemburgo, Turquía y Bélgica se les añadió Malasia tiempo después. La alianza se aunaba para participar en un ambicioso proyecto con grandes expectativas económicas: el Airbus military. Se trata del programa de la industria aeronáutica más caro del mundo, ya que hasta el momento ha costado más de 30.000 millones de euros.

Estos países forman la Organización Conjunta de Cooperación en Materia de Armamento (OCCAR), mediante la que buscan sustituir las flotas de aviones de transporte como los modelos Hércules y Transall. El programa de este modelo concierne un suministro de 174 unidades que se destinarán a España (27 aviones), Francia (50), Alemania (53), Reino Unido (22), Turquía (10), Luxemburgo (1) y Malasia (4), aunque también se prevé que se exporte a más países. El primer vuelo de pruebas del polémico modelo se realizó en 2009, aunque sólo opera para el Ejército del Aire en Francia desde octubre del 2013.

Sin embargo, no todo lo que comenzó como un sueño para la Defensa europea permaneció así. Desde el principio el programa ha sufrido varios varapalos a la hora de recibir los pedidos, que experimentan retrasos en las entregas y, como consecuencia, tienen pérdidas millonarias. Por ejemplo, en un primer momento se pactó que costara 20.000 millones de euros, aunque más tarde han tenido que abonarse otros 11.000 millones desde 2010 debido a la innovadora tecnología y el diseño del aparato. Entonces, los siete países que pactaron en un principio, habían asumido 1.500 millones de sobrecostes mientras que la compañía 300. Por tanto, en apenas unos años, la unidad ha pasado a costar de 100 millones de euros a 160.

Precisamente por estas causas, Airbus ha experimentado un retroceso en este campo durante los últimos años. En febrero, Berlín bloqueó el pago de 500 millones a la compañía, mientras que unos meses antes, en 2014, Alemania había recibido tan solo un avión de los 53 que ha comprado. Además, tras el siniestro, ni Alemania ni Turquía ni Reino Unido operarán sus vuelos hasta que se esclarezcan las causas del siniestro.

No todo se queda ahí. La cúpula de Airbus sufrió una crisis respecto a la ineficiencia del A400M, el modelo siniestrado en Sevilla. El presidente del grupo, Tom Enders, señaló que el objetivo para este año es duplicar las entregas. Se cree que estas presiones para acelerar la cadena de fabricación fueron las causantes de que en enero, el presidente de Airbus DS, Bernhars Gerwert destituyó a su homólogo en España, Domingo Ureña, a quien sustituyó por Fernando Alonso. Precisamente, achacan la incapacidad del avión a que no puede hacer frente a determinadas misiones militares.

Además, para España, el proyecto del Airbus 400M es una oportunidad económica, puesto que la planta de ensamblaje final se encuentra en Sevilla, donde trabajan alrededor de 500 trabajadores pero que crea más de 12.000 puestos directos e indirectos. Ahí también se realizan los ensayos de los aviones, donde se les da el visto bueno para volar y desde donde se envían a los clientes.