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Debate sobre el estado de la nación

Rajoy se ha mostrado más provocador que en los tres últimos debates

Por Selene PisabarroTiempo de lectura4 min
España24-02-2015

Este ha podido ser el último debate para Rajoy como cabeza de Gobierno pero, en cambio, ha sido el primero para Pedro Sánchez, líder de la oposición, y también para Alberto Garzón, diputado de Izquierda Unida  y el político más joven de la Cámara. Es el tercer año consecutivo en el que el líder del PP ha cargado su discurso de optimismo pero perdió la compostura cuando el representante de los socialistas mencionó la corrupción con el nombre propio de Bárcenas de forma incisiva.

El 2012 fue un año cargado de tensión para Rajoy, que veía su intervención salpicada por el escándalo del caso Bárcenas, que acababa de estallar. Mientras, el entonces secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pedía su cabeza por el escándalo del ex tesorero del PP. Sin embargo, quienes se esperaban un Rubalcaba más agresivo, se encontraron en el Congreso con uno más tolerante que le recriminaba las altas tasas de desempleo. En ese momento, Rajoy decidió sacar pecho y mostrar su orgullo por las medidas contra la corrupción, aunque evitó hablar del volcán a punto de erupción. Palabras que en 2015 son similares.

Este año, Rajoy ha dedicado apenas dos minutos a la corrupción pero se ha jactado de ser uno de los gobiernos europeos que más estricto está siendo con esta lacra. Al igual que en los debates anteriores, no se ha arriesgado a mencionar a Bárcenas, ya un nombre tabú. Sí lo hizo Pedro Sánchez y sacó de sus casillas al Presidente que ha empleado algún descalificativos personal y expresiones en tono de burla durante sus intervenciones posteriores. 

El optimismo económico de siempre

Un año después de su investidura como presidente, en 2014, Rajoy enfocó su discurso hacía el optimismo económico. Fue el momento en el que planteó nuevas medidas para fomentar el empleo y la financiación de las Pymes, así como facilitar el acceso al crédito. Pero sin duda, uno de los ajustes que más llamó la atención por entonces y que aún sigue dando de qué hablar fue la reforma fiscal. Anunció que la estructura del IRPF cambiaría y de esta manera más de 12 millones de contribuyentes se podrían beneficiar.

Este año el discurso ha cambiado por completo. Rajoy ha presumido de no haber aceptado nunca un rescate para España y que, de aquella manera, esta fuera la mejor política social que han llevado a cabo los populares. Del mismo modo, se prevé que España sea en 2015 uno de los países de la Unión Europea que más crezca económicamente después de haberse topado de lleno con la crisis, algo que el presidente también se atribuye como un mérito propio. Además, ha advertido de que las “ventoleras ideológicas” no traerán buenos cambios a España y se puede perder todo lo conseguido hasta ahora.

Sin embargo, si algo ha llamado verdaderamente la atención del cara a cara, han sido las interrupciones, hasta en 37 ocasiones, de la bancada popular durante el discurso del presidente del Gobierno, pero no ha sido suficiente para disfrazar el tono en el que se ha referido a los socialistas durante la sesión vespertina. Ambos oponentes han revertido en un tono más cruel respecto al otro. En especial, a su secretario general, con el que no ha dudado en ser agresivo hasta el punto de finalizar su intervención con un “no vuelva usted aquí a decir nada, ha sido patético”.

Lo que la mayoría de los grupos parlamentarios reprocha a Rajoy es que empezó la legislatura con promesas y aún sigue con ellas a la espalda, sin haberlas cumplido. Además, le acusan de haber empleado el debate del estado de la nación para preparar el mitin electoral con vistas a los comicios de noviembre y olvidarse, como siempre, de la población a la que ha dejado de lado y ha perjudicado con sus medidas en los tres últimos años.

¿Qué pasó con las promesas de 2014?

Rajoy prometió en el Debate del Estado de la Nación de 2013 una batería de medidas para favorecer a los ciudadanos. Un año después, aunque el presidente no cumplió en su totalidad con los ajustes, sí lo hizo en una amplia mayoría. Por una parte, prometió una Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven que llevó a cabo en un paquete de medidas económicas apenas unos días después de ese debate y que luego se tradujo en la Ley de Emprendedores. Dentro de esos ajustes estaban también una aplicación del Plan de Proveedores y el aumento en los intereses de demora. Además, reformó la normativa sobre las pensiones, a las que se desvinculaba su revalorización del IPC.

La LOMCE -o popularmente conocida como Ley Wert- entró en vigor también 2013, así como un plan de ayudas para la rehabilitación de los edificios. También anunció que evitaría que los autónomos no ingresen el IVA hasta que no  hayan cobrado la factura o proporcionar 45.000 millones de euros a las empresas que tengan problemas de liquidez. Hace apenas un año, en 2014 aprobó la Ley de Racionalización del Sector Público. Uno de los aspectos de su legislatura de los que presumía Rajoy en este último Debate ha sido el de regular en materia de anticorrupción. En efecto, modificó el Código Penal para endurecer las penas y promovió una ley que controla las cuentas de los partidos políticos.

Sin embargo, anunció una medida que regulara las organizaciones de interés o lobbies. Bien es cierto que a pesar de que el empleo continúa en tasas muy altas, hay casi 70.000 parados menos. Una cifra muy por debajo del nuevo objetivo del presidente: conseguir tres millones de empleo si es reelegido en noviembre.