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ARGENTINA

La popularidad de Kirchner cae en picado

Por Selene PisabarroTiempo de lectura2 min
Internacional14-02-2015

La presidenta del Ejecutivo argentino, Cristina Fernández Kirchner, refleja la imagen de inestabilidad en el país. Su Gobierno, implacable ante cualquier crítica, sólo echa balones fuera ante las acusaciones y la imputación de Kirchner. Estima que se trata de una maniobra política para empañar su imagen ya que dentro diez meses son las elecciones legislativas. Sin embargo, la popularidad de la presidenta argentina ha caído en picado durante los últimos meses.

La presidenta de Argentina acaba de ser imputada en la causa judicial que comenzó el fiscal Alberto Nisman por el atentado a la AMIA. Un panorama que enturbia su gestión del Gobierno y plantea cómo se enfrentará a los últimos diez meses de su mandato. En octubre se celebrarán las elecciones legislativas, marcadas sin duda por la muerte del fiscal que trató de desenmascarar el papel que jugó Kirchner al encubrir a los iraníes.

Otro dato importante es que hay abiertas más de trescientas causas judiciales –en su mayoría sobre corrupción- contra altos funcionarios del Gobierno argentino, incluido el vicepresidente y la familia presidencial. Es el ambiente que se respira en el kirchnerismo, aquellos que apoyan a la presidenta y su equipo de gobierno.

A ello se le suma las protestas que se han convocado frente a su residencia, la Casa Rosada, y en todo el país para clamar justicia por la muerte de Nisman. Allí se leían pancartas que rezaban “Nisman somos todos” y la gente la tachaba de “asesina” por encubrir a los terroristas iraníes sólo para conseguir, a cambio, beneficios petrolíferos. Además, el próximo miércoles 18 de febrero se celebrará una manifestación para que se aclaren las causas de su muerte así como que prosiga la investigación por el atentado.

Desde el Gobierno de Kirchner, su núcleo ha advertido de que a esa manifestación sólo acudirán nazis, narcotraficantes y políticos antisemitas de ultraderecha, según Aníbal Fernández, secretario general de la presidencia. Afirma que algunos de los convocantes son la ultraconservadora Cecilia Pando –conocida por defender aspectos de la última dictadura militar- y el abogado Andrés Rabinovich –que defiende a un exjefe de policía acusado de establecer vínculos con narcotraficantes.

Sin embargo, todos los organizadores, incluidos los fiscales, ya han advertido de que simplemente es una marcha para reconocer el trabajo de Nisman. Se trata de una maniobra de la presidencia ante el temor de que este caso -cada vez más polémico y con un halo de dudas- haga caer en picado, aún más, la popularidad de Kirchner.

Esto refleja la profunda escisión que existe entre el Gobierno y la oposición, así como entre el Ejecutivo y la Justicia, que no permitirá dejar este caso aparte. Precisamente, la oposición cree que Kirchner está jugando un papel de víctima para no salir escaldada de este caso.

El último mes también ha sido crítico para la jefa de Estado, ya que ha planteado disolver la Secretaría de Inteligencia para crear una nueva Agencia Federal de Inteligencia. Por esta decisión, ha despedido a sus espías y ha decidido que no haya contacto entre jueces, ministros y cualquier funcionario con la inteligencia -algo que se cuestionó con la muerte de Nisman-, para la cual la única vía para comunicarse pueda ser la institucional.