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Grecia

Syriza mantiene su programa a pesar de las críticas de la UE

Por Cristina GuzmánTiempo de lectura3 min
Internacional09-02-2015

El actual partido del Gobierno, Syriza, dejó claro en su intervención parlamentaria ante el resto de fuerzas políticas que primero está el pueblo griego y sus necesidades y después se puede negociar todo lo demás. Así el primer ministro, Alexis Tsipras, ha presentado un esbozo del que será su programa centrado en una gran reforma estructural del país y en la renegociación del contrato con Europa para buscar la convergencia en objetivos y financiación.

“Queremos dejar claro a todos que no negociamos nuestra soberanía nacional, no negociamos el mandato del pueblo”, con esta frase respondía Alexis Tsipras a las presiones de los distintos socios europeos y acreedores que abogan por una prórroga en el pago la deuda pero sin cambiar las condiciones. La austeridad y los programas de rescate son términos que el actual Gobierno no baraja aunque si se ha vuelto más comedido con respecto a exigir una quita de la deuda o a su eventual impago; “Grecia quiere pagar su deuda, una deuda que ronda el 180% del PIB; si los socios desean lo mismo, deben negociar con nosotros los medios técnicos para hacerlo”. La propuesta al Eurogrupo se basa en un crédito puente inicial que permita al país heleno hacer frente a sus deudas a corto plazo hasta que se negocien los términos definitivos para el pago y las condiciones a seguir. Este plan será presentado por el ministro de Finanzas, Yanis Vaoufakis, a sus homólogos europeos el próximo miércoles.

En cuanto a las medidas internas, el objetivo es poner en marcha un gran plan de ayudas en dos fases para hacer frente a la crisis. El conjunto de políticas, con marcado corte social, pretende apoyar a los más de tres millones de griegos que viven por debajo del umbral de la pobreza, se estima que el coste de estos paquetes rondará los 2.000 millones de euros. En primer lugar se implantarán una serie de ayudas para proporcionar alimentos, electricidad y acceso a la sanidad gratuitos a los más afectados por la recesión económica. Otro aspecto será la reincorporación de todos los funcionarios públicos despedidos ilegalmente por el anterior Gobierno. Para financiar esto, Tsipras propuso una profunda reforma de las Administraciones; “la reducción del 30% del personal y del 40% de la seguridad de presidencia del Gobierno; recortes de hasta el 50% de los asesores y personal contratado por los diputados del Parlamento, la venta de uno de los tres aviones del Gobiernos y la reducción de hasta el 50% de los coches de los ministerios”. También el discurso hizo hincapié en la lucha contra la corrupción, el fraude fiscal y el clientelismo, males muy arraigados en el país heleno y que generan unas perdidas de casi 12.000 millones de euros según Syriza.  En referencia a los objetivos a largo plazo, el Presidente mantuvo la promesa electoral de aumentar el salario mínimo, de los 586 euros actuales a los 751, pero de forma progresiva de cara al próximo 2016. También se pretende prohibir los desahucios,  recuperar la paga de Navidad para los jubilados con pensiones por debajo de los 700 euros, se eliminará el impuesto sobre la primera vivienda y se elevará el mínimo exento de tributar a los 12.000 euros anuales. Por otro lado Tsipras quiso dejar claro que su Gobierno está abierto a la internacionalización siempre que esta respete a las infraestructuras y servicios básicos del país, “son nuestro capital nacional, nuestra riqueza natural y mineral”. Así se paralizan grandes privatizaciones como las del puerto de Salónica o las de la compañía pública de gas.

Este programa de dos fases comenzará a implantarse el próximo miércoles cuando termina la sesión de investidura iniciada con este debate. La contestación de sus homólogos europeos tendrá que esperar hasta el próximo jueves cuando Tsipras debuta en su primera cumbre en Bruselas. Tampoco pasó inadvertido un último guiño que hizo el primer ministro griego a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y su exigencia del pago de compensaciones a Berlín por un préstamo forzado durante la contienda. Los mercados tampoco han perdonado esta situación de inestabilidad en Grecia y la Bolsa de Atenas ha cerrado hoy con una caída del 4,75%.