Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

RELIGIÓN

El Papa pisa suelo musulmán mientras el IS ataca Kobane

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
Sociedad29-11-2014

Mientras Turquía ha recibido al Papa sin gran expectación, la comunidad internacional ha detenido sus ojos en el país turco. Por una parte, Francisco I ha llegado en un momento crítico en el que el Estado Islámico golpea fuertemente la ciudad de Kobane y, por otra, la visita es en un lugar en el que apenas hay cabida para los cristianos ya que casi toda la población es musulmana.

Francisco I se encuentra ante un reto: reunir a los cristianos que viven en un país donde la mayoría es musulmana. Concretamente, el 97 por ciento de los 76 millones de habitantes profesan la religión del Islam. Tan sólo un reducido núcleo de 100.000 personas es cristiano, aunque la gran mayoría pertenece a las iglesias ortodoxas; sólo 53.000 son católicos. Muchos de los habitantes no comprenden qué hace un líder cristiano visitando un reino musulmán, mientras que otros opinan que se trata de un puente para limar diferencias con Occidente. El Papa, que ha rechazado utilizar transporte blindado para desplazarse por las calles turcas, ha condenado la violencia empleada por Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) –en especial las decapitaciones y los asesinatos multitudinarios-. Aun así, cerca de 2.700 policías han velado por la seguridad de Francisco I e, incluso, el espacio aéreo ha permanecido cerrado durante los tres días que ha durado la visita, para lo que han empleado la tecnología para controlar cualquier movimiento extraño. El Papa ha recordado que la violencia sólo es legítima cuando procede a un ataque o para evitar el avance de los yihadistas, aunque la mejor solución es buscar una vía de diálogo entre los cristianos, musulmanes y las personas que profesen otras creencias para evitar llegar a tal extremo y terminar con el fundamentalismo. Además, ha agradecido a Turquía haber acogido a los más de 1,6 millones de refugiados que han huido en los últimos meses de la guerra en Siria y del terrorismo. Por otra parte, el Sumo Pontífice ha visitado Turquía en uno de los momentos más críticos. Los yihadistas del IS han atacado el paso fronterizo que une el país con la ciudad kurdo siria de Kobane –ubicada en Alepo- este sábado. No es la primera vez que el Papa se choca con el IS, ya que hace unos meses se publicó que estaba entre sus objetivos. La nueva ofensiva de los yihadistas, mediante la cual el autoproclamado califato islámico pretende afianzar sus bases, ha comenzado tras un ataque suicida en un vehículo blindado en los controles en la frontera. El resultado se ha saldado con cuatro muertos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y 18 civiles heridos. Los kurdos atacaron el jueves a los yihadistas en el oeste de la ciudad, aunque los enfrentamientos continúan en la plaza de Al Azadi. Kobane es uno de los epicentros de los múltiples ataques aéreos de Estados Unidos y su coalición desde que el IS comenzó su estrategia en septiembre. Aun así, Turquía no apoya a las YPG porque son afines al grupo armado turco Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y, por tanto, según el presidente Erdogan, son terroristas. Sólo los peshmerga (las fuerzas kurdas, a las que apoya la coalición internacional) consiguieron frenar el avance de los terroristas un mes después, en octubre. Turquía trata de negociar con Estados Unidos su implicación en la lucha por detener la ofensiva yihadista. Así, ha solicitado una zona de restricción de vuelos en la frontera siria con Turquía y, además, ha pedido que la coalición internacional ataque al régimen sirio de Bashar Al Assad.