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Oriente Próximo

Israel promueve una ley que discrimina a las minorías

Por David Sánchez TorricoTiempo de lectura3 min
Internacional24-11-2014

El Consejo de Ministros de Israel ratificó este domingo el esbozo de una norma que, por encima de su carácter democrático, consagra el carácter judío del país. La ley, que proclama el “Estado judío”, es una fusión de dos propuestas nacionalistas, y fue aprobada por los partidos de derecha y ultraderecha, Likud, Israel Beitenu y Casa Judía, y rechazado por los ministros de Hatnua (de la titular de Justicia, Tzipi Livni) y Yesh Atid (principal socio del primer ministro, Benjamín Netanyahu, liderado por el ministro de Finanzas, Yair Lapid).

El texto debe aprobarse todavía en el Parlamento. Allí comenzará a tramitarse esta misma semana y, al haber levantado una importante polémica, es muy probable que sufra algunos cambios. Actualmente, la ley cuanta con ciertas partes que provocan que el centro y la izquierda cataloguen el texto como equivocado o racista, ya que elimina el árabe como lengua cooficial, no garantiza la igualdad entre ciudadanos y prioriza los valores judíos. El 24,6% de la población de Israel (1,9 millones de habitantes) no cree en el judaísmo, y casi un millón y medio son árabes. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, afirmó que “en el Estado de Israel hay igualdad individual para todos los ciudadanos, pero el derecho nacional está reservado sólo para el pueblo judío”, lo que provocó el enfado de sus opositores. Según los medios locales, se produjo un considerable enfrentamiento verbal entre los ministros. Mientras Naftali Bennett, ministro de Economía por Casa Judía, celebraba una ley que " prevendrá infiltrados como los refugiados que piden asilo y se agrupan en el cinturón de Tel Aviv", Yair Lapid, recordó que dos de los policías muertos en atentados en el último mes en Jerusalén eran drusos, no judíos. "¿Qué les diréis a la familia: que son ciudadanos de segunda?”, fueron sus palabras. La ministra de Justicia, Tzipi Livni, no dudó en manifestar su enfado: "en una situación tan delicada a nivel de seguridad, ¿no es una tapadera esta ley para una prebenda política? Es mejor que mantengamos una discusión profunda antes de que destrocéis el país". Los consejeros de Netanyahu reiteran que la ley se suavizará y equiparará el carácter judío y el democrático del Estado. También insisten en que "quedará incluida la palabra igualdad al hablar de los derechos de todos los israelíes, sean cual sean sus creencias," aunque se da por hecho que se mantendrán la imposición de asignaturas de Historia y tradición judía en las escuelas, y la declaración del hebreo como única lengua oficial. Sin embargo, la oficina del fiscal general del Estado ha mostrado su reserva ante un documento, que "cree que presenta dificultades fundamentales para convivir con la legislación del país, que deberá en adelante inspirarse en estos mismos principios judíos". Aquellas personas que muestran su disconformidad con la ley manifiestan que el carácter de Israel ya está definido en la declaración de Independencia de Ben Gurion, del 14 de mayo del 1948, en la que se reconoce el derecho del pueblo judío a establecerse en su Estado y la total igualdad de derechos sociales y políticos a todos sus habitantes, sin consideración de religión, raza o sexo. Este proyecto garantiza la igualdad de los derechos individuales para todos los ciudadanos independientemente de su raza, religión o sexo, pero aclara que el derecho nacional en Israel está reservado al pueblo judío. La oposición acusa al Gobierno de irresponsabilidad en momentos de gran tensión, como demuestran las palabras del líder laboralista Yitzhak Herzog: "si la declaración de independencia era suficiente cuando éramos sólo 600.000 habitantes, ¿por qué no lo es ahora para Netanyahu?". Tzipi Livni y Yair Lapid denuncian que, hoy por hoy, "la iniciativa no tiene en cuenta el sector árabe que constituye el 20% de la población israelí".