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MÚSICA

El festival de ¬jazz¬ de Vitoria acoge un gran concierto de Van Morrison

Por La SemanaTiempo de lectura2 min
Espectáculos19-07-2002

Vitoria es ciudad de jazz. Al menos durante seis días, los que ha durado la 26 edición del festival de jazz de Vitoria. Las calles se han llenado de bandas de Nueva Orleans, Mendizorroza ha sido lugar de cultura en lugar de deporte y las jam sessions se han prolongado durante toda la noche. Vitoria forma parte del European Jazz Festival Organization, la unión de los grandes festivales de jazz europeos, y como tal su obligación con el público era contar con los mejores.

Van Morrison se ha calado bien su sombrero para dar el concierto más importante de esta edición del festival. Su cara es la más conocida en un sonido donde los músicos suelen ser seres anónimos. Eso le permitió ser objeto de la expectación de las 4.000 personas que fueron a verle a Medizorroza. El irlandés deleitó al público con su jazz y con otras músicas, merced a su facilidad para ir de un estilo a otro. Desde el primer día hubo hueco para algo más que el jazz. La primera noche de Mendizorroza fue tiempo de gospel con The Golden Gate Quartet. Siete hombres componen el grupo más famoso dentro de la música espiritual negra, activos desde los años 30. Al día siguiente tuvo su descanso para los veteranos del jazz, pero el neoyorkino Don Byron salió a la caza de futuros aficionados con el tradicional concierto para niños. Byron repitió el día después con su grupo, la misma noche que sonó el saxo de Jan Garbarek, una de las figuras más notables de hoy día, de nacionalidad noruega. Las estrelladas noches de Vitoria recibieron también a Mingus Big Band, para muchos la mejor banda del mundo, surgida como continuación de la labor de Charles Mingus. Después siguieron llegando sonidos de jazz: el piano de Marcia Ball, la guitarra de Buddy Guy y la batería de Roy Haynes. Por suerte para todos, Vitoria no es sólo Mendizorroza. También se dieron las sesiones de tarde del teatro principal y los conciertos nocturnos en las madrugadas de los locales de la ciudad. El jazz ha llenado todos los rincones de Vitoria con las banda callejeras, llegadas de Nueva Orleans, una de las mejores formas de reivindicar el jazz como una de las músicas más fascinantes y más populares.