NBA
Cambio de escenario en la NBA
Por Fernando García7 min
Deportes29-10-2014
Comienza una nueva temporada de la NBA y empiezan a hacerse las apuestas sobre quién es el equipo favorito para ganar el anillo. Todos los analistas no dudan en afirmar que, a pesar de la edad, de la vuelta a casa de King James y del retorno a las pistas de Rose, el rival a batir son los San Antonio Spurs. El equipo de Gregg Popovich no solo es el campeón, también es el que logró batir al big three de Miami. Pero enemigos no le van a faltar. El análisis de los aspirantes a la gloria deja estas conclusiones:
San Antonio Spurs, el campeón Son los campeones. Tiene a Duncan. Tiene a Popovich. Tiene a Parker y Ginóbili. Tienen al MVP de las finales, Kawhi Leonard. Y saben ganar. Solo por estas razones los Spurs podrían ser los máximos aspirantes, pero a todas estas cualidades se suma una más: son un equipo. Son el equipo. Desde la máxima estrella hasta el suplente más humilde aportan. No necesitan jugadores de 30 puntos. Y son los que más y mejor gestionan lo que los americanos llaman “IQ en la pista”, o inteligencia deportiva. Si las lesiones respetan, son el rival a batir. Han probado la sangre, y su sed de triunfo no tiene límite. Cleveland Cavaliers, el aspirante LeBron James. Simplemente eso. El Rey ha vuelto. El de Akron es sin duda un jugador de leyenda. Completo en su juego, con más de 25 puntos por partido y 7 asistencias y 6 rebotes, nadie tiene el físico, talento y la inteligencia de LeBron. Y además ya no es el aspirante inquieto que no había ganado, que debía demostrar. Con dos anillos y fama de buen compañero de vestuario, el 23 de los Cavs ha regresado en su mejor momento. Y no vuelve solo. El playmaker Irving, el nuevo “Mr. Doble-doble” Love por el que no han dudado en deshacerse de los dos últimos número uno del Draft, Tristan Thompson, Waiters, Varejao, la experiencia de “Matrix” Marion, Mike Miller y quien sabe si el gran Ray Allen, convierten a los de Cleveland el bloque con más talento de la NBA. Tan solo la inexperiencia en el baloncesto americano del entrenador David Blatt y la necesidad de acoplamiento de sus estrellas puede retrasar el ansiado anillo para los de Ohio. Pero los títulos llegaran. Cualquier cosa peor que ser finalista sería un fracaso y ganar el título no sería una gran sorpresa. Chicago Bulls, la incógnita El tercero en discordia. El que más incógnitas presenta. Los de Chicago están pendientes de un solo nombre: Rose. El base en plena forma es imparable. Pero sus rodillas ya han impedido que dispute las dos últimas temporadas. El equipo de Thibodeau ha sido paciente, y mientras tanto han creado un bloque sólido. Joakim Noah acabó la temporada con gritos de “MVP”, pero también con problemas físicos. Gibson se destapó, pero tendrá menos minutos y Jimmy Butler ha conseguido lograr, a base de trabajo, llegar a ser el jugador que nadie esperaba que llegase a ser. Los Bulls se han movido bien en las oficinas y han fichado al posiblemente mayor robo del mercado sin contar LeBron, el español Pau Gasol. El ex de los Lakers viene dispuesto a demostrar que no está “viejo y acabado” como ha pronosticado Shaquille, y a que ningún 7 pies tiene su visión de juego. Es el más inteligente de la liga, eso no lo puede mermar los años. Estará acompañado de Mirotic, que deberá adaptarse al juego físico americano. Solo los dioses del baloncesto pueden decidir la suerte de Chicago. Rose ha finalizado la pretemporada con unos números brutales y este podría ser su año. Si la enfermería de los de rojo y blanco se mantiene vacía pueden ser campeones. Si no, los playoff serán su techo. Los Ángeles Clippers, Oklahoma City Thunder, Houston Rockets, Dallas Maverics y Miami Heat. Los equipos del 4% de probabilidades La teoría dice que siempre hay equipos aspirantes, o Contenders, esos equipos llamados a luchar con muchas posibilidades de ganar el título. Entre estos tres o cuatro conjuntos pueden reunir el 60-70% de posibilidades de alzarse con el anillo. Para el resto, la decisión es complicada. Lo normal es que si un equipo no puede pertenecer a estos contenders, decida “dejarse ir” y realizar lo que los americanos llaman tanking. Con esta táctica, los conjuntos sin aspiraciones pierden más a menudo de lo debido (incluso si para ello tiene que deshacerse de estrellas veteranas) para lograr buenas futuras rondas de Draft o más opciones en la lotería del sorteo de novatos. Estos equipos entran en lo que llaman “fase de reconstrucción”. Nadie esperará nada de ellos en los próximos tres años. Pero algunos pocos General Managers se ven seducidos por el “reverso tenebroso”. Algunos equipos cuentan con uno o dos buenos jugadores jóvenes y algún All Star veterano. Estos conjuntos cuentan con un porcentaje en las apuestas cercano al 4% de ganar el anillo. Y los más osados deciden apostar a este 4%. Estas escuadras pueden renovarse en el parón del All Stars o contar con una buena base de futuro y atraer a jugadores en busca de un último resquicio de gloria al final de sus carreras, a veces a cambio de valiosas rondas de Draft. O quizás sean un conjunto con pocas esperanzas de retener a sus estrellas el próximo verano. Estos son los aspirantes del 4%. Es una apuesta arriesgada, porque el fracaso puede significar una década en el infierno. Y esto los hace aun más peligrosos. En este grupo se encuentra los Oklahoma City Thunders. Sin Harden y Sefolosa el equipo ha bajado enteros. Durant empieza la campaña lesionado y Westbrook viene de una serie de problemas físicos. Pero un buen conjunto unido al imponente Ibaka y al emergente Reggie Jackson sigue siendo una amenaza. Le falta profundidad de banquillo y se hunde bajo presión, a lo que se suma la posible espantada de su MVP al finalizar la temporada, con lo que difícilmente alcanzaran la final. Los Ángeles Clippers solo tienen en contra su nombre. El pequeño de la ciudad de las estrellas posee todo lo necesario para luchar por el anillo. Su entrenador, Doc Rivers, se encuentra entre los de mayor talento. Su playmaker, Chris Paul, es el base más completo de la actual NBA y puede aspirar al MVP. Su juego interior con Griffin y DeAndre Jordan es demoledor, Jamal Crawford es un autentico microondas y Reddick el típico “blanquito tirador”. Su banquillo parece no tener fin. Y sin el “racista” Sterling al mando puede ser su año. Pero todo depende de CP3, que debe dar un paso al frente y convertirse en el jugador que su talento merece. Le deben un anillo a los Clippers. Y este año es la amenaza silenciosa. Mínimo, debería ser finalista de Conferencia. Los Houston Rockets quisieron fichar a Bosh, pero se tuvieron que conformar con Trevor Ariza. Aun así, la dupla Harden-Howard, sumada a Beverly le otorga un quinteto inicial demoledor. Sin Lin, Asik y Parsons su banquillo pierde nivel, pero la veteranía de Jet Terry puede otorgarles esa cabeza que tanta falta les hace. La final de conferencia podría estar aun lejos de su alcance. El equipo de Mark Cuban se ha reforzado bien. Nowitzki puede estar viviendo su última gran temporada, pero el retorno a Dallas Mavericks de Tyson Chandler, los fichajes de Parsons y Nelson y la calidad de Monta Ellis, unido a la batuta de Carlisle, les otorga un margen para soñar. En las quinielas no pasa del 6º puesto en su división, pero habrá que ver como se mueven en las oficinas en el parón del All Star. No deberíamos sorprendernos si cazan a un ansiado Rajon Rondo. Ya no hace calor para Miami Heat. No sin LeBron. La renovación de Bosh, llamado a liderar el equipo, la llegada de Luol Deng y la continuidad de Wade solo alarga la agonía del equipo que fue y ya no es. Sin LeBron no hay anillo. Semifinalistas de Conferencia y poco más para estos Heat. Los guerreros de la bahía pueden tener su año. Golden State Warriors es el equipo más divertido de ver jugar desde hace unos años, pero este puede ser el de su consagración. Si Bogut se mantiene sano. Los Splash Brothers, Curry y Klay Thompson no van a defraudar, y Lee e Iggy completan el pastel. Si el novato Kerr puede juntar las fichas, podemos ver a la sorpresa de la temporada. Si no… darán espectáculo en los playoff. A pesar de contar con la amenaza del nuevo pabellón con forma de inodoro.