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Defensa

Defensa invertirá 10.000 millones en programas de armamento

Por Mara PortelaTiempo de lectura3 min
España28-10-2014

Defensa está preparando un nuevo paquete de programas militares que costará aproximadamente 10.000 millones de euros, cifra que prácticamente dobla el presupuesto anual del ministerio, cuyas tres cuartas partes se dedican realmente a pagar al personal. Tras seis años de crisis y recortes y el gran gasto realizado en compras de armamento durante los años noventa el ministerio de Defensa quiere cubrir la necesidad de renovar sistemas de armas a punto de acabar su vida operativa, como fragatas, blindados o camiones cisterna, y reestructurar la industria militar.

Estos son los argumentos que el ministerio utiliza para justificar este nuevo “ciclo inversor de defensa” que se prolongará al menos durante la próxima década. El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, declaró que “la industria de defensa no es una industria más. Si no la tuviéramos, perderíamos la capacidad de ser operativamente independientes y, por lo tanto, un país soberano. Ya en octubre del año pasado, Pedro Morenés, insistió en que la industria militar española se encontraba fragmentada y tenia escasa dimensión por lo que debía reestructurarse profundamente y ganar peso si quería formar parte del futuro mercado común europeo de la defensa. “Necesitamos ser mas fuertes. Uno muy débil no puede unirse a uno muy fuerte” fueron sus palabras. El pasado 25 de julio, el Gobierno decidió otorgar la tutela sobre la participación del Estado en la industria militar al Ministerio de Defensa (el 100% de Navantia y el 20% de Indra), a pesar de que las acciones siguen en manos de la SEPI, que es dependiente de Hacienda. Defensa prepara un paquete de programas de armamento cuyo total roza el 1% del PIB español, el ministerio califica a estos programas de “tractores tecnológicos” para tirar adelante la industria. El principal proyecto es la Fragata F-110, tanto por su coste económico como por la innovación tecnológica que supone. La Armada necesita de cinco nuevas fragatas para sustituir a las f-80 de la clase Santa María durante la próxima década. Se estima que el precio por unidad de estas fragatas alcanzará unos 800 millones. La construcción de la primera de ellas está programada para iniciarse en 2017 y será construida por el astillero publico Navantia. El sistema de combate será el Aegis de la estadounidense Lockheed Martin. Otros de los proyectos es la sustitución de los viejos BMR (Blindados Medios de Ruedas) por nuevos Blindados 8x8, una asignatura pendiente del ejercito de tierra. Este proyecto está programado para llevarse a cabo durante los próximos dos años y adjudicar el contrato en 2017. La primera fase incluirá entre 350-400 vehículos con un coste de 1.000 a 1.500 millones. Defensa explicó que no merece la pena diseñar un nuevo producto, si no que se trata de elegir una plataforma extranjera y nacionalizar los sistemas de comunicación, sensores o guerra electrónica. En cuanto a la aviación Defensa pretende hacerse con tres aviones de reabastecimiento estratégico en vuelo para sustituir a los Boing 707. El candidato indiscutible es el A330-MRTT, que se monta en la planta de Airbus en Getafe (Madrid). El coste de cada avión, que también puede usarse para transporte de personalidades, supera los 200 millones. Asimismo con cuatro aviones no tripulados y dos estaciones terrestres de control. Cabe destacar también el proyecto del Submarino S-80, que se trata de un proyecto antiguo pero que precisa de refinanciación, el primer submarino debería haberse entregado en 2012 y no lo hará hasta 2018, será entonces cuando se decidirá si se construyen más y cuanto supone el sobrecoste. Por otra parte, el pasado día tres de octubre el Consejo de Ministros dio su aprobación a la compra de la firma española Amper Programas Electrónica y Comunicaciones por el gigante francés Thales con la condición explícita del ministerio de Defensa de que el código fuente del Simacet (Sistema de Mando y Control del Ejercito de Tierra) debería depositarse en una caja fuerte a la que sus expertos tengan acceso. La opción francesa fue la única viable tras fracasar la búsqueda de un socio español para esta compañía que se ha dedicado a desarrollar programas militares estratégicos.