Banco Central Europeo
Cinco años en balde por la rebaja del tipo de interés
Por Selene Pisabarro
2 min
Economía05-09-2014
Mario Draghi anunció este jueves las medidas que implantará para que la economía de la Eurozona fluya y recupere los índices que marcaba antes del inicio de la crisis. Una de sus indicaciones es que bajará los tipos de interés al 0,5 por ciento, una pauta que ha seguido el Banco Central Europeo durante los últimos cinco años y, al parecer, no ha servido para nada. No es la primera vez que Mario Draghi rebaja los tipos de interés y advierte de que el “precio del dinero” es muy bajo. Ya en mayo del año pasado, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) decidió rebajar los tipos de interés un cuarto de punto hasta situarlos en el 0,50 por ciento. Fue una de las consecuencias del aumento del paro y de la inflación, que estaba situada en el 1,2 por ciento en 2013 y por tanto, muy por debajo del objetivo de la Unión Europea, que era de un 2 por ciento.
Durante los últimos años, el descenso de los tipos de interés se ha producido de forma progresiva para intentar, en vano, reactivar la economía europea. Solo cayeron estos valores cuando la Unión Europea incorporó el euro como moneda. Más tarde, la primera vez fue en mayo de 2009 cuando bajaron del 1,25 al uno por ciento con el que era por entonces presidente del BCE, el economista Jean Claude Trichet, el valor más bajo al que habían estado en los últimos años. Asimismo, en ese paquete de medidas incluyó la ampliación del crédito a las entidades y una inyección monetaria. Al mismo tiempo, esos ajustes repercutieron en la economía ya que el Euríbor cayó por primera vez del 1,7 por ciento. Los tipos de interés disminuyeron de nuevo en julio del 2012, cuando del uno por ciento inicial, descendieron hasta el 0,75 por ciento. El miedo porque se diera la mayor recesión en Europa empujó a llevar a cabo esta baza de la baraja. Además, en el paquete entraron nuevos puntos como bajar al 0 por ciento la facilidad de depósito –cuando antes era del 0,25 por ciento- para que los bancos empleasen el dinero del BCE como si se tratase de una cuenta corriente sin que dé rentabilidad. Aunque hubo detractores, como la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que advertía de que esas medidas ayudarían a países en crisis como España pero dañarían a otros que no lo estaban como Alemania. A pesar de que Draghi anunció esta semana la nueva compra de cédulas, es decir, de títulos de deuda privada para reactivar el crédito e incentivar la economía europea que está estancada. Estas cédulas son conocidas con las siglas CBPP. Ya en el comienzo de la crisis, Jean-Claude Trichet, el predecesor de Draghi, compró deuda en dos ocasiones. La primera, cuando dotó 60.000 millones de euros a reestructurar la deuda entre mayo de 2009 y el mismo mes de 2010, la llamada CBPP1. La segunda ocasión fue también en 2010 pero unos meses más tarde, en octubre, cuando dedicó 40.000 millones aunque finalmente solo utilizó 16.000 para la CBPP2. Las últimas medidas que ha aprobado el presidente del BCE forman parte de la tercera tanda, la CBPP3 que se complementan con el ABSPP –un programa de compra de titulizaciones-. El fin de estas cédulas es devolver el balance a los niveles de 2012 para expandir la oferta monetaria, algo que también hizo la Reserva Federal de Estados Unidos en el año 2008. Aún así, Draghi advirtió que las pautas exactas las dará en la reunión del próximo 2 de octubre y que su intención es crear mayor volumen.