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IRAK

Obama envía 300 asesores a Irak pero no movilizará más tropas

Por Fernando GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional20-06-2014

La historia de Estados Unidos e Irak parece no acabar nunca. Ante el avance de la organización Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL), que ya ocupa gran parte del país, el presidente norteamericano Barack Obama ha decidido mandar 300 soldados de las Fuerzas Especiales como asesores para ayudar al Gobierno de Nuri Maliki. Este movimiento no cambia la intención de Obama de no enviar un contingente a la zona que tantas victimas entre sus compatriotas ha causado.

Estados Unidos vuelve a Irak después de que hace más de dos años, retirase las tropas de ocupación que derrocaron el régimen de Saddam Hussein. La rebelión de los integristas suníes está poniendo en jaque al Gobierno de Maliki. El EIIL, grupo yihadista de la orbita de Al Qaeda que se ha radicalizado tanto como para estar fuera de control de la organización madre, ya ocupa Nínive, Tikrit, Saladino, Diyala y Kirkuk, acercándose peligrosamente a Bagdad, y se han establecido combates en la vecina Baquba, a tan solo 60 kilómetros de la capital iraquí. La posición de Obama es delicada, ya que las encuestan sitúan la desaprobación de la población estadounidense en un 74% al nuevo envío de tropas. Además, el presidente de la nación más poderosa del mundo accedió a su mandato con premisas como la de retirar su contingente y no embarcarse en nuevas guerras. La función de los 300 militares consistirá en asesoramiento al bando chií, labores de inteligencia y obtención de datos para posibles ataques con aviones no tripulados. Estas acciones no son consideradas como el desplazamiento militar, y se ha utilizado en otros conflictos contra Al Qaeda. "Estaremos preparados para tomar acciones militares precisas y controladas si llegamos a la conclusión de que la situación lo requiere", ha afirmado Obama, con respecto a los ataques con drones a objetivos concretos. Además, se da la situación de que las relaciones entre el Gobierno de Bagdad y Washington no son las mejores del mundo. Los EE.UU. culpan a Maliki de la situación del país, que se ha dividido religiosamente entre chiíes y suníes, una circunstancia de la que el presidente iraquí tiene gran parte de la culpa. Se culpa al régimen del presidente de ser una marioneta de Irán, y las criticas de Maliki a Arabia Saudí por su presunto apoyo económico a los rebeldes del EIIL han molestado a unos tradicionales aliados de los estadounidenses. El presidente Obama ha dejado claro que no respalda la figura de Maliki. "Ahora mismo hay demasiada sospecha, demasiada desconfianza. El primer ministro, o cualquier otro líder que aspire a dirigir el país, debe tener un programa en el que los suníes, los chiíes, y los kurdos tengan, todos, la oportunidad de hacer que sus intereses avancen en el proceso político", ha afirmado el premier norteamericano.