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Terrorismo

Aguinagalde hacía un examen cuando mataron a Carrasco

Por Adriana RobledoTiempo de lectura3 min
España18-06-2014

El siete de marzo de 2008 el concejal del Partido Socialista del País Vasco, Isaías Carrasco perdía la vida tras un atentado reivindicado por ETA el dos de abril del mismo año. Isaías se encontraba en su coche cuando un joven, Beinat Aguinagalde presuntamente, le disparó cinco veces en el pecho y, aunque fue trasladado al Hospital del Alto Deba, murió una hora y quince minutos más tarde. Aguinagalde de 29 años y procedente de Hernani, Guipúzcoa, fue detenido en febrero de 2010 en Cahan, Francia, tras una operación conjunta entre la policía francesa y la Guardia Civil.

El presunto autor pertenecía a la banda terrorista ETA, aunque él lo ha negado siempre, por unas fotografías incautadas a la banda en las que aparecía. Las fuerzas de la lucha antiterrorista le calificaron de “peligroso, violento y agresivo” y representante del sector más radical de ETA que apoyaba seguir matando para conseguir su fin. El fiscal Luis Barroso ha elevado a definitiva su petición de 32 años de cárcel por delitos de asesinato terrorista, tenencia de armas de fuego y daños terroristas. Según Barroso actuó de ‘motu proprio’ “sin que conste que actuara bajo las órdenes directas de un miembro de la banda terrorista ni la intervención de otros miembros legales o colaboradores del comando”. Aguinagalde ha afirmado este miércoles en la Audiencia Nacional que se encontraba haciendo un examen de anatomía patológica en la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco cuando se produjo el atentado. El acusado se enteró del crimen entre la 13:00 o 13:30 en bar de Hernani al ver un “avance informativo” en la televisión. Una amiga del presunto autor le recogió en la Universidad para ir a comer y, en ese momento, se enteraron de lo ocurrido. Aguinagalde ha contestado solo a las preguntas de la defensa además de indicar que no pertenecía a ETA cuando se produjo el atentado y que no tenía relación con la preparación ni la comisión de Isaías Carrasco. El etarra ha asegurado que no disponía de carnet de conducir cuando se produjo el asesinato en Mondragón y que estuvo acompañado por otras personas mientras hacía el examen. El juez Javier Gómez Bermúdez, que instruye el caso, fue quien le hizo partícipe de que era sospecho y, tras esto, comenzó la reconstrucción de su día de aquel siete de marzo de 2008, último día de campaña para las elecciones generales. “No tengo nada que ver con esto”, ha señalado cuando le han preguntado sobre su participación en el crimen y ha rehusado de contestar sobre su traslado a Francia. Un compañero de Aguinalgalde ha declarado que hizo el examen de anatomía patológica con él pero que no recordaba la fecha exacta del mismo. El instructor de atestado policial ha declarado que un testigo vio a Aguinalgalde “sin ningún género de dudas” en el lugar del crimen y que la descripción aportada coincidía con la de un testigo directo del atentado. En la vista, han declarado dos testigos que describieron al presunto autor del crimen: una persona que les llamó la atención porque estaba esperando en una zona inusual que carece de establecimientos. La testigo directo del asesinato creyó que era un guardaespaldas pero después vio al joven delante del coche de Carrasco “sacó una pistola y disparó”. “Me centré en Isaías, que salió del coche agarrándose de pecho y cayó en la carretera”, ha añadido. La segunda mujer testigo de los hechos ha recordado cómo ese día saludó al exedil y vio a un chico, que identificó en comisaría y en el juicio, “apoyado en la pared”. Tras esto escuchó las detonaciones, que “parecían petardos” y después comprobó cómo ese mismo chico salía corriendo. La viuda del ex concejal, María Ángeles ha acudido al juicio con su hija Sandra y acompañada por una delegación del PSE de Guipúzcoa, encabezada por el secretario general Iñaki Arriola para arroparla en este “día duro” con la esperanza de que “se haga justicia”. La fiscal ha considerado suficientemente argumentada la autoría de Aguinalgalde tras los relatos de los testigos. La acusación particular ha pedido una indemnización para la familia de 600.000 euros para los tres hijos y la misma para la viuda.