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SALUD

Un estudio de Harvard alerta del auge del cigarrillo electrónico

Por Fernando GarcíaTiempo de lectura3 min
Sociedad17-06-2014

Lo que se creía que iba a ser la alternativa saludable para dejar de fumar, podría no serlo tanto. Eso se puede extraer del estudio realizado por el departamento Escuela de Salud Pública, perteneciente a la Universidad estadounidense de Harvard. Según advierte el informe sobre los cigarrillos electrónicos, publicado en la revista Tobacco Control, se deberían estudiar los riesgos potenciales para el organismo, así como los beneficios, antes de declararlo como el sustituto del tabaco convencional.

La realidad es que el cigarrillo electrónico, o e-cigarette, se ha introducido en los hábitos de nuestra sociedad. Casi 30 millones de personas los utilizan en la UE, lo que ya supone que uno de cada cinco fumadores comunitarios son consumidores o vapeadores. Una cada vez más amplia variedad de marcas y sabores, así como numerosos nuevos comercios de este producto han aflorado en un negocio que aun sigue siendo floreciente, aunque ya empieza a dar signos de debilidad. Y es que las autoridades sanitarias no acaban de dar el visto bueno al producto. Esta creación que proviene de China, donde existe desde 2004, no es tan inocuo como pretende ser. Las recargas del liquido del cigarrillo contienen la misma cantidad de nicotina que dos cajetillas de tabaco normal, que no soluciona el problema de la adicción. Además, se teme que la presunta salubridad del cigarrillo electrónico consiga enganchar a nuevos usuarios que no hubieran fumado anteriormente, en especial a menores. Cabe destacar que se trata de un mercado en el que las tabacaleras han invertido mucho dinero. El informe de la universidad estadounidense se ha encargado de medir los hábitos de los usuarios de cigarrillo electrónico. Según Constantine Vardavas, director del estudio, el producto va dirigido mayoritariamente a un público joven, de entre 15 y 24 años, que ya son consumidores habituales de tabaco clásico y que quieren dejar de hacerlo. Por otro lado, uno de cada cinco usuarios alternan entre ambas formas de fumar, un 4,4% son antiguos fumadores, y lo que más preocupa a los expertos, un 1,1% son nuevos consumidores que no habían fumado nunca. Al respecto de esto, Vadavas declaraba que “dado que los cigarrillos electrónicos representan un mercado emergente en el que la industria del tabaco ha invertido con fuerza, es imperativo identificar los subgrupos poblacionales que probablemente van a usarlos más y las consecuentes implicaciones que esto puede tener para la salud pública”. Poco estudiado y menos regulado El estudio se apoya en otros, como el de la Food and Drug Administration (FDA) o el informe de 2014 del Director Nacional de Salud en EE.UU., que desmentirían las afirmaciones de las compañías de cigarrillos electrónicos, y afirmaría que además de la nicotina y su factor adictivo, liberarían sustancias nocivas y cancerígenas, y que no existen evidencias de la eficacia como método para dejar de fumar. Además, como se señala en el resultado de otro estudio del departamento de Farmacología de la Universidad de California de 2009, los jóvenes son especialmente vulnerables a este producto, ya que la nicotina afectaría al desarrollo de sus facultades cognitivas. La regulación sobre el trato legal del cigarrillo electrónico no consigue unificarse. En España acaba de entra en vigor la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, en la que se regula su uso de una forma muy similar a la del cigarrillo convencional, prohibiéndolo en los centros de las administraciones públicas, zonas infantiles y sanitarias, centros docentes y transporte público. Además, restringe su publicidad. Pero la legislación española es mucho menos restrictiva que otras, como la australiana, brasileña o turca, que prohíben la importación de estos productos hasta que se aclaren sus riesgos para la salud. Mientras tanto, la Unión Europea ha aprobado una directiva para hacer menos atractivo su consumo a los jóvenes, y obligar a incluir advertencias en los productos sobre su factor de adicción.