RUSIA
Cadena perpetua para dos de los asesinos de Anna Politkóvskaya
Por Sergio Castilla3 min
Comunicación09-06-2014
El asesinato de la periodista rusa Anna Politkóvskaya ya tiene condenados, aunque continúe sin averiguarse quien pudo estar detrás realmente. El Tribunal Municipal de Moscú ha dictado este lunes cadena perpetua para el checheno Rustám Majmúdov, como autor material del asesinato, y a su tío Lom-Ali Gaitukáev por la planificación del mismo. El juez Pável Melejin ha basado su sentencia en la "extrema peligrosidad para la sociedad" de ambos individuos. El portavoz del Comité de Investigaciones, Vladímir Markin, ha reconocido que el caso no está cerrado todavía.
Además, el crimen tiene otros tres implicados más sobre los que también pesará condena, aunque menores que en el caso anterior. Se trata de los hermanos de Rustám Majmúdov, Ibraguim y Dzhabrail Majmúdov, quienes han sido condenados a 14 y 12 años de prisión, respectivamente. El expolicía Serguéi Jadzhikurbánov, culpable de coordinar el asesinato en Moscú, pasará 20 años entre rejas. Además, los jueces les sentenciaron a una multa de 5 millones de rublos a favor de los hijos de la periodista. Politkóvskaya fue asesinada tras recibir cuatro disparos de bala en el ascensor de su vivienda el 7 de octubre de 2006, cuando preparaba la publicación de un informe sobre las torturas que las fuerzas de seguridad rusas inflingían en Chechenia a personas inocentes. La periodista criticaba con dureza en sus artículos los abusos cometidos contra los civiles por las fuerzas rusas en la conflictiva república caucásica y la política del Kremlin al respecto. Había denunciado en numerosas ocasiones amenazas por parte de militares rusos, policías y miembros de los servicios secretos. Dzhabrail e Ibrahim Majmúdov y Jadzhikurbánov ya fueron juzgados por este mismo delito, pero fueron absueltos por falta de pruebas el 19 de febrero de 2009. El Tribunal Supremo de Rusia revocó el falló en junio del mismo año y los tres acusados volvieron a ser puestos a disposición judicial para iniciar un nuevo proceso. Fueron después detenidos Rustam, quien apretó el gatillo durante el asesinato, y Gaitukáyev, que organizó la logística de la matanza. El pasado 20 de mayo, un jurado popular declaró culpables a los cinco acusados y faltaba solamente determinar la sentencia. En su momento, el Fiscal General de Rusia, Yuri Chaika, aseguró que esclarecer el asesinato de Politkóvskaya era "una cuestión de honor". La familia de Politkóvskaya y sus compañeros de 'Nóvaya Gazeta' siempre opinaron que ninguno de los imputados inicialmente tuvo un papel determinante en el homicidio. El subdirector del rotativo, Serguéi Sokolov, afirmó que "para las autoridades rusas es una cuestión de honor meter a alguien en la cárcel (...) pero lo que a nosotros nos interesa es saber quién encargó el asesinato, quién lo ejecutó y quiénes fueron los auténticos cómplices". Los condenados no tenían motivos personales para matar a Politkóvskaya. Defensores de derechos humanos opinaron en su momento que tras el asesinato podría estar el líder checheno Ruslán Kadírov, criticado duramente por Politkóvskaya, que lo tildó de "criminal". Pero Kadírov siempre aseguró no tener nada que ver. No obstante, la reportera siempre tuvo muchos otros enemigos a los que ha comprometido mediante sus artículos e investigaciones. Por otra parte, Markin ha apuntado con anterioridad al fallecido oligarca Borís Berezovski y al exministro de Cultura de Chenenia y excomandante guerrillero Ahmed Zakáyev, a quienes los rusos consideraban que podían ser los que encargaron el asesinato de la periodista. Sin embargo, Gran Bretaña y Turquía han dado siempre su negativa a las peticiones rusas de que fueran extraditados. Tras la condena para un sexto implicado en el caso, el expolicía Dmitri Pavluchénkov, a 12 años de cárcel en diciembre de 2012, ha sido la versión de las autoridades rusas la que se ha impuesto. Pavluchénkov se libró de la pena máxima porque colaboró con la fiscalía y declaró que Berezovski y Zakáyev estaban detrás del crimen, por lo que Kadírov quedaba libre de sospecha mientras que los enemigos del gobierno ruso quedaban señalados.