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Muere Adolfo Suárez

Adolfo Suárez: una vida dedicada a la política

Por Beatriz Álvarez GallardoTiempo de lectura4 min
España24-03-2014

Piloto de la Transición, maquinista de la Transición, el hombre que trajo la democracia a España… Son muchos los apelativos que rodean hoy la figura de Adolfo Suárez González. El primer presidente de la democracia postfranquista ha fallecido en la clínica Cemtro de Madrid, en la que fue ingresado por una neumonía, debido al definitivo empeoramiento de la enfermedad neurológica que sufría desde hace más de una década.

Adolfo Suárez nació el 25 de septiembre de 1932, en la localidad de Cebreros, Ávila, municipio en el que se asentaban las raíces de su familia materna. Sus abuelos habían sido republicanos, tendencia a la que también respondía, si bien de forma más discreta, su padre Hipólito, un procurador de los tribunales. Inmediatamente después de su nacimiento, la familia regresa a su domicilio habitual en la ciudad de Ávila. Adolfo será el mayor de cinco hermanos: Hipólito, Maria del Carmen, Ricardo y José María. Estudió en la Escuela Nacional de Ávila, en el Colegio San Juan de la Cruz de Cebreros y en el Instituto de Enseñanza Media de Ávila; y nunca destacó por buen estudiante. Sin embargo, a los 18 años se matriculó como estudiante libre en los estudios de Derecho de la Universidad de Salamanca, y cinco años más tarde, en 1954, terminó la carrera en la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó también su Doctorado. Al año siguiente emprende las milicias universitarias en Zamora, seguidas de seis meses de prácticas en las que desempeñó el cargo de alférez en Melilla. En la misma época obtuvo un empleo remunerado en la Beneficencia de Ávila, que le permitió mantener a su familia tras la marcha de su padre, que se vio obligado a huir tras un escándalo de negocios. Abandonó el puesto en 1956, cuando el Gobernador Civil de Ávila, Fernando Herrero Tejedor, quien se convertiría además en su tutor político, lo nombró Jefe de la Sección Primera del Gobierno Civil de Ávila y Delegado Gubernativo de la provincia. Su ascenso hacia la Presidencia A partir de ese momento su carrera política inició un ascenso imparable hasta la Presidencia del Gobierno, a través de numerosos y variados cargos dentro del Régimen. En 1958 comenzó a trabajar para la Secretaría General del Movimiento Nacional, y tan solo siete años más tarde, en marzo de 1965, fue nombrado Director de Programas de RTVE y Director de la Primera Cadena. En 1967 alcanzó el puesto de Procurador en Cortes por Ávila, y al año siguiente, en 1968, Gobernador Civil de Segovia. En 1969 regresó a RTVE como director general, hasta 1973, año en el que se hizo cargo como presidente de la Empresa Nacional de Turismo (ENTURSA), a cuyo frente estuvo los dos años siguientes. El año 1975 fue decisivo para la historia de España, y también lo fue en la vida de Suárez. Su meteórica carrera le llevó a ser elegido en marzo como vicesecretario general del Movimiento y Consejero Nacional. No obstante, tras la muerte en junio de su mentor Herrero Tejedor, que por aquel entonces era ya Ministro Secretario general del Movimiento, Suárez dimitió de sus cargos y pasó a ser Delegado del Gobierno en Telefónica. Su vida política estaba a punto de dar un giro trascendental: en diciembre de ese mismo año fue designado como Ministro Secretario General del Movimiento en el primer gobierno de Carlos Arias Navarro, y seis meses después, en julio de 1976, lo sustituyó como presidente del Gobierno. Tuvo un papel fundamental en la Transición democrática Comenzó entonces, de su mano, el delicado proceso de la Transición. Suárez desempeñó un papel fundamental en hitos de la historia reciente de España, como la legalización del Partido Comunista de España el Viernes Santo de 1977, la celebración de las primeras elecciones democráticas ese mismo año, la instauración a raíz de ellas del primer gobierno democrático postfranquista, la firma de los Pactos de la Moncloa y la redacción y aprobación de la Constitución de 1978. También tuvo que hacer frente a numerosos peligros. Más allá del tenso equilibrio entre facciones que caracterizó la Transición, Suárez sobrevivió a un intento de atentado en 1977, a la Operación Galaxia —un plan golpista contra su gobierno que fue abortado antes de llevarse a cabo—, y al famoso golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. El empoderamiento de nuevas fuerzas en el panorama político español fue debilitando su posición, así como la de su gobierno y partido, Unión de Centro Democrático, hasta propiciar su dimisión en 1981 y su retirada de la vida política en 1991. En 2001, su mujer, Amparo Illana Elórtegui, falleció tras una larga lucha contra el cáncer. En 2005, su hijo, Adolfo Suárez Illana, hizo público el Alzheimer de su padre, y afirmó que este apenas reconoce a nadie y que ha perdido prácticamente la totalidad de sus recuerdos. Una complicación respiratoria derivada de su delicado estado de salud obligó a ingresar al expresidente en la clínica Cemtro de Madrid el pasado 17 de marzo, donde finalmente ha fallecido seis días después a causa del empeoramiento definitivo de su enfermedad neurodegenerativa. El perfil político de Suárez estuvo siempre ligado al diálogo y al consenso. Su designación como presidente del Gobierno por parte del Rey tuvo la oposición del propio búnker franquista, de los grupos terroristas ETA y GRAPO y también de las nuevas formaciones políticas, que desconfiaban abiertamente de las intenciones de un presidente cuya carrera política se había desarrollado enteramente dentro del Régimen. Pese a ello, Súarez enarboló la bandera de la legalización de partidos como vía para conseguir unas elecciones verdaderamente libres, y consiguió liderar la tensa situación política hacia la construcción de un sistema democrático cuya estabilidad todavía perdura.