CANAL PANAMÁ
Un proyecto que 'canaliza' la economía de Panamá
Por Selene Pisabarro
3 min
Internacional17-02-2014
Tras un ambicioso proyecto que supone el 7 por ciento del PIB de Panamá y que es una de las bases de la economía, se esconden luces y sombras. Aunque en un principio finalizaría a finales de año, las obras concluirán el próximo año, tras las múltiples demoras que ha sufrido, entre otras, por el desacuerdo entre las empresas adjudicatarias y las autoridades panameñas. Una de las empresas, la española Sacyr, con su falta de liquidez ha perjudicado la "Marca España".
El Gobierno español ha visto cómo peligraba la “Marca España” en territorio internacional ya que las obras de ampliación del Canal de Panamá forman parte del proyecto más ambicioso en la última década para España. En diciembre, la empresa nacional Sacyr anunciaba su falta de liquidez y sobrecostes con la posterior paralización del proyecto. Otro factor que ha influido para debilitar la imagen española es la falta de acuerdo entre las autoridades españolas y el Grupo Unidos por el Canal (GUPC). Además, en el caso de que Sacyr abandonara el proyecto, produciría el déscredito y la pérdida del aval que han pagado todos los españoles por valor de 150 millones de euros. Esto, unido a la constante corrupción política y empresarial, debilita y perjudica la imagen española en el exterior. Sin embargo, las consecuencias de la falta de liquidez no son gratuitas ya que se sospecha la corrupción en las obras por no controlar las autoridades desde un primer momento la situación de las empresas que iban a llevar a cabo una de los proyectos más importantes para Panamá. Aunque en un principio estaba previsto que las obras finalizaran a finales de este año, será más tarde debido a que lleva nueve meses de retraso. La ampliación se debe a que los barcos que navegan actualmente para el comercio marítimo entre Asia del Este y la Costa del Golfo son de gran tamaño para así transportar una cantidad más elevada de mercancía. Además, permitirá que el tráfico marítimo en la zona sea más fluido y aumente considerablemente. Por ejemplo, un porcentaje muy alto de grandes barcos con cargas a granel paga los peajes que permiten cruzar el canal y, por tanto, forman una fuente importante de ingresos. Esto permitirá el intercambio de carbón colombiano y petróleo venezolano a China o gas natural licuado de Perú debido a que el tiempo de entrega será menor y con un precio más reducido. Las autoridades panameñas coinciden en que el canal es la compañía más importante para el país ya que se trata del polo turístico y el mecanismo que mueve la economía. El 7 por ciento del PIB está generado por el canal ya que se trata de una vía rápida para el transporte marítimo, por lo que las empresas prefieren pagar sus peajes a cambio de que los costes operativos sean más bajos. La ampliación, que lleva siete años en marcha y lleva construida más de la mitad, permitirá duplicar sus ingresos diarios de siete a quince millones de dólares gracias a los peajes. El proyecto consiste en diseñar y construir dos juegos de esclusas –los compartimentos que permiten abrir y cerrar las puertas del canal- más grandes que los actuales: uno en el Pacífico y otro en el Atlántico para los que se han invertido 3.200 millones de dólares. Además, las esclusas tendrán un sistema que permitirá cerrar sus cámaras con dobles compuertas rodantes de acero que pesan alrededor de 3.300 toneladas. Para llevar a cabo las obras de las esclusas, se debe construir un cauce de acceso exclusivo de 6 kilómetros de largo, del cual ya se han completado tres de las cuatro fases. Las obras han permitido que más de 31.000 personas hayan accedido a un puesto de trabajo para realizarlas y, en el momento en el que empiece a funcionar, 1.200 personas podrán trabajar en sus instalaciones.