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Algunos altercados entre policía y piquetes provocan los momentos de mayor tensión

Por Asún LosadaTiempo de lectura2 min
Economía20-06-2002

La jornada de huelga del pasado jueves causó los problemas típicos y puntuales de un acontecimiento de estas características: casos concretos de violencia e incumplimiento de servicios mínimos. En el País Vasco, la huelga fue un acto de nacionalismo.

Industria, construcción y transportes fueron los sectores en los que más se acusó el paro a causa de la huelga general. El consumo de energía eléctrica cayó en un 20,5 por ciento, el equivalente a un día no laborable. Las empresas de automóviles paralizaron la cadena de producción y el paro fue total. En el transporte, el sector más conflictivo, sólo se cumplieron los servicios mínimos en Madrid y Barcelona. En Sevilla el paro fue altamente secundado por la acción de los piquetes. En el País Vasco, la huelga tomó un cariz más nacionalista: aunque el paro fue desigual. La inmensa mayoría de los guipuzcoanos hicieron huelga, mientras que el número de huelguistas se redujo considerablemente en Vizcaya, Álava y Navarra. Industria y hostelería fueron los sectores que más acusaron el paro. En los transportes actuaron los piquetes con un resultado de varios incidentes. La violencia también tuvo lugar entre los manifestantes. El Gobierno habló de "piquetes violentos". Según el Ministerio del Interior, las acciones de intimidación por parte de los sindicalistas fueron "más de mil" y, en algunos casos, se llegó a agredir a los agentes de policía. Los sindicatos, por su parte, acusan al Gobierno de provocar los choques entre huelguistas y policía. También han denunciado que los agentes del orden tenían "que prestar especial atención a la detección de piquetes". En ciudades como Madrid, 125 autobuses sufrieron daños y tuvieron que ser sustituidos. Los autobuses nocturnos circularon con agentes del Cuerpo de Policía en su interior. Las pintadas y la rotura de lunas fueron una consecuencia de los enfrentamientos entre manifestantes. Los agentes madrileños se enfrentaron y golpearon a miembros de un piquete informativo que trataba de evitar que los autobuses cumplieran los servicios mínimos. En Barcelona, dos empresas de autobuses tuvieron que suprimir sus servicios debido a la violencia de los piquetes. En el País Vasco, las patronales se quejaron de las acciones intimidatorias de los piquetes, que tuvieron un enfrentamiento con la Ertzaintza, ya que casi un centenar de personas obligaron a cerrar las puertas de El Corte Inglés. El incidente más grave tuvo lugar en Leganés (Madrid), con el fallecimiento del inspector jefe de la comisaría de un infarto, tras enfrentarse con un piquete. La policía zanjó los ataques violentos con 104 detenciones, 47 de las cuales fueron en Madrid.