Tribunales
Díaz Ferrán es condenado por delito contra la Hacienda Pública
Por Carlos Martínez de Leyva3 min
Economía18-12-2013
Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la patronal, permanece preso en la cárcel de Soto del Real, en la que está a la espera de que se abra el juicio por el vaciamiento patrimonial del Grupo Marsans, por simular la venta de sus empresas, por apropiación indebida de 4,4 millones de euros y otros delitos. Ingresó allí hace más de un año por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que le impuso una fianza de 30 millones de euros, que más tarde le fue rebajada a 10 millones, y actualmente está en cinco millones de euros. Díaz Ferrán fue presidente de la CEOE desde de junio de 2007 hasta de diciembre de 2009.
Este martes se hizo pública la sentencia en la que el juez del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional de Madrid, José María Vázquez Honrubia, el pasado lunes 9 de diciembre condenó a Antonio Mata Ramallo y a Gerardo Díaz Ferrán a penas de dos años dos meses y un día de prisión y a multas de 99.049.520,50 de euros. Fueron acusados de un delito contra la Hacienda Pública, defraudación del Impuesto de Sociedades del ejercicio fiscal del año 2001, en la compra de Aerolíneas Argentinas. La sentencia es recurrible al Supremo. En 1990, Iberia se hizo cargo de Aerolíneas Argentinas. Interinvest, por su parte, fue creada en el año 1994 por IBERIA LAE, ligada al proceso de inversión en Argentina que inició IBERIA. En 1990 separó sus riesgos en empresas aéreas latinoamericanas, condición impuesta por la Unión Europea, para poder ser beneficiaria de determinadas ayudas; desinversión que se realizó mediante la venta de la mayor parte de la participación que IBERIA poseía a través de Interinvest. En 2000 la SEPI compra Interinvest. En 2001 la SEPI vendió sus acciones en Interinvest a Air Comet S.A. por el precio de un dólar y se comprometió a aportar 300 millones de dólares para cubrir deudas de Aerolíneas. La compra se hizo a través de las sociedades Air Comet y Segetur, cuya representación ostentaba Mata Ramayo, Transportes de Cercanías, representada por Díaz Ferrán y Autobuses Urbanos del Sur (Busursa), a cargo de Pascual Arias. todas ellas accionistas de Air Comet. Según Vázquez Honrubia, los dos condenados defraudaron dicha cuantía utilizando los fondos públicos de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) para deshacerse de una compañía con graves problemas económicos. La SEPI vendió a Air Comet el 99,2% de Interinvest, compañía domiciliada en Argentina que a su vez era propietaria del 92,1% del capital de Aerolíneas, y a la que Díaz Ferrán y Mata usaron como "pantalla" porque no tributaba en España. El precio de venta fue de un dólar, pero la SEPI también aportó en ese momento a Interinvest hasta 300 millones de dólares para pagar a los acreedores de Aerolíneas Argentinas, entonces en concurso, de modo que Air Comet se convirtió en titular de la deuda y pudo liderar las negociaciones del convenio, que terminaron en 2002 con una quita del 60%. De esta forma, Air Comet se constituyó en acreedor dominante en el concurso de Aerolíneas al obtener los reembolsos del concurso y cederlos a Interinvest, que obtendría el correspondiente incremento patrimonial. Y al no hacer constar el incremento de su activo en el ejercicio de 2001, cuando adquirió los derechos de Interinvest, Air Comet no tributó en España. "Air Comet, que se quiere presentar como un mero mandatario poco más que recadero, tampoco tributaría, pues los fondos que maneja son de un tercero y, por tanto, al dar cuanto recibe sin obtener nada, su resultado será fiscalmente neutro", resume la sentencia. Pero "la realidad", argumenta, fue que los millones de dólares aportados por la SEPI para cancelar pasivos de Interinvest fueron utilizados por Air Comet para la compra de esos pasivos", de forma que pasó a ser el principal acreedor de la compañía. En definitiva, prosigue, los créditos, que alcanzaron un importe de casi 273 millones de dólares, fueron satisfechos a los acreedores mediante cheques bancarios emitidos por BBVA a nombre de Interinvest con los fondos de la SEPI, que a su vez los cedió a Air Comet "con la peculiaridad fuera de toda lógica mercantil de que el adquiriente no obtuvo descuento alguno".