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MEDIOS

Las cadenas autonómicas acumulan una deuda superior a los 1.600 millones

Por Selene PisabarroTiempo de lectura2 min
Comunicación06-11-2013

La televisión pública autonómica nació en 1982 con el objetivo de promover y difundir la cultura y los valores de cada comunidad. En España, las 28 cadenas regionales acumulan una deuda que supera los 1.600 millones de euros. Entre ellas, las más endeudadas son Canal 9, que la Comunidad Valenciana acaba de cerrar, y Telemadrid, que ostentan alrededor del 90 por ciento del déficit.

Estos canales han visto reducidos sus ingresos desde 2007 más de un 60 por ciento. Durante el año en curso, las 28 que existen supondrán para el contribuyente un gasto de 925 millones de euros, contando las subvenciones y las pérdidas de explotación. Es decir, cada español paga alrededor de 30’6 euros al año para sustentar las radios y las televisiones autonómicas, por debajo de los niveles de Europa, que gasta cada persona 42’4 euros. Desde su nacimiento, las cadenas regionales constituyeron el motor del sector audiovisual dentro de cada territorio, cuentan con convenios en los que participan las universidades y los centros de formación audiovisual y el 75 por ciento de sus principales productoras tienen la sede en la misma comunidad. Este sector supone el 0’57 por ciento del PIB, del que se extrae que un 16 por ciento es la aportación de este tipo de cadenas. Como resulta obvio, pretende acercar la realidad y aproximarse a los habitantes. En las comunidades autónomas en las que existe una lengua propia, estas televisiones han sido el baluarte de su cultura distintiva. El periodismo local tuvo su auge en estas plataformas que, de igual modo, han sido muy criticadas por la utilización interesada de los gobiernos autonómicos de turno. Cuando se crearon, la industria audiovisual aún estaba en sus niveles mínimos, por lo que adoptaron estructuras internas que abarcaban desde la producción de contenidos hasta la emisión de la señal. Actualmente, los ingresos privados y las subvenciones se han reducido, por lo que han tenido que abaratar costes y disminuir la calidad de su programación. Sin embargo, como curiosidad, la audiencia de los informativos autonómicos es un 80 por ciento superior al de las cadenas privadas. Las plantillas sobredimensionadas también han sido una lacra. Diez mil personas trabajan para las 28 autonómicas españolas que son casi el triple de cadenas de este tipo que las de otros países, como por ejemplo Alemania. Además, el número de empleados triplica al de las cadenas privadas. El número de sus trabajadores ha sido inversamente proporcional al de su audiencia, que ha ido descendiendo progresivamente. TV3 (Cataluña) es la única de las autonómicas que tiene una cuota de pantalla por encima del 15 por ciento. Los niveles del resto rondan el 5 por ciento. Por otra parte, la inversión publicitaria, que es una de las principales fuentes de financiación, sigue haciendo aguas: en las televisiones nacionales, entre enero y septiembre de este año, ha disminuido un 10’3 por ciento. Mientras, en las televisiones autonómicas han ingresado 27 millones de euros pero han perdido alrededor de 86’3 millones de euros, que se traduce en un descenso de un 12 por ciento. Además de por la crisis, esta pérdida de inversión se debe en gran medida a que internet ahora es una de las medios más consultados y por tanto, donde las empresas publicitarias saben que es un terreno ganado.