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SALUD

Comienza el juicio por el fraude de las prótesis PIP

Por Ana Pascual AsesTiempo de lectura2 min
Sociedad17-04-2013

Dos años después del estallido del caso de los implantes mamarios fraudulentos de la marca Poly Implant Prothèse (PIP), fabricados con un gel industrial no autorizado, hoy se ha abierto en Marsella el juicio por el que se le acusa de engaño agravado y estafa a los cinco dirigentes de la empresa francesa. El juicio acogido por el Palacio de Justicia de Marsella examinará un total de 5.127 denuncias, entre las que no hay ninguna española. En España hay alrededor de 18.000 mujeres con prótesis PIP, Sanidad ha registrado casi 2.000 incidentes y ha tenido que retirar 1.400.

La empresa francesa fue fundada en 1991, pero en 2010 cerró después de que sus implantes fueran retirados al conocer que utilizaban silicona industrial, durante ese periodo la compañía se convirtió en la tercera mayor empresa productora del sector, ya que vendió casi 30.000 implantes a más de 60 países, el 90% de ellos a países europeos y latinoamericanos. Por ello, Jean-Claude Mas y cuatro directivos de su empresa han tenido que explicar en el juicio por qué estafaron a la industria médica y pusieron en peligro la salud de mujeres del mundo entero al utilizar silicona prohibida por las autoridades sanitarias. Las 5.000 querellantes, el 95% de ellas francesas, han sido representadas por 300 abogados en el Parc Chanot, centro de congresos de la ciudad. Los cinco empresarios han sido acusados de un delito de fraude fiscal, estafa y blanqueo de dinero por parte del Tribunal Correccional de Marsella. Mas ya había confesado anteriormente ante la policía judicial en 2010 y 2011 que sabía que utilizaba el gel no autorizado por tenía un coste diez veces menor al declarado, “sabía que el gel no estaba homologado, pero lo hice conscientemente porque el gel PIP era menos caro y de mejor calidad”, también añadió que las mujeres que le habían denunciado eran “personas frágiles que hacen todo esto por el dinero”. El empresario se ha escusado en los informes médicos, explicando que la silicona ilegal no presenta peligro alguno, por ello, sus abogados pretenden declarar el proceso no válido. Los cuatro colaboradores de Mas han sido acusados de llevar a cabo sus órdenes y de no impedir que se fabricasen los implantes, por ello podrían ser condenados a cinco años de cárcel. Tras el primer proceso no se espera que indemnicen a las víctimas, puesto que se han declarado insolventes. Se ha previsto que el primer juicio concluya el 17 de mayo, pero queda todavía el proceso que instruye el Tribunal de Comercio de Toulon contra la empresa alemana de control de calidad TÜV, que validó los implantes. El tribunal ha comenzado a examinar las peticiones de nulidad y cambio de sede presentadas por los abogados de la defensa. Marie Conord, una de las afectadas ha afirmado que “tengo rabia, quiero que este juicio sirva para algo, que los responsables paguen, y sobre todo que se nos reconozca como víctimas”. Los implantes PIP fueron objetos judiciales en EE.UU y Reino Unidos desde inicios del año 2000, pero fue en marzo de 2010 cuando el escándalo estalló debido a que unos cirujanos habían constatado el alto porcentaje de roturas en las prótesis PIP, y pidieron a la Gendarmería que investigara el caso. Lo que hallaron en un camión de la empresa PIP fue un gel industrial no homologado, a la vez que un registro de oficinas destapó una contabilidad amañada, y una serie de muestras falsas para engañar a la empresa TÜV.