Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

RELIGIÓN

El Papa Francisco simplifica la misa de inauguración del Pontificado

Por Vera CidTiempo de lectura3 min
España19-03-2013

Ha tenido lugar el Pontificado del Papa Francisco, en el que se ha celebrado una Misa de Inauguración que integra la liturgia, una homilía "programática" y la presencia de líderes de otras religiones y un protocolo diplomático de alto nivel con numerosos jefes de Estado y de gobierno en las 132 delegaciones extranjeras. La Inauguración es una especie de "puesta de largo" del Papa, ante un público global y un mensaje al mundo entero.

Los actos arrancaron en el interior de la Basílica de San Pedro, a la que entraba el Papa Francisco para orar ante la tumba del Apóstol. Comenzó con el sonido de las trombas de plata: sonaba el “Tu es Petrus”. En ese momento, el argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, designado la semana pasada Pontífice latinoamericano y primer pontífice jesuita de la Iglesia, bajó a la cripta bajo el altar central de la Basílica para rezar junto con los Patriarcas y arzobispos mayores ante la Tumba del Pescador de Hombres, San Pedro. La multitud en el exterior habia comenzado a congregarse durante la noche para poder seguir la ceremonia y recibir al Papa Francisco, que al contrario de lo que muchos pensaban, no hizo su entrada en la plaza de San Pedro en el conocio “papamóvil”, sino en un jeep descubierto, en medio de los aplausos de los miles de fieles presentes que portaban banderas. Tras el rezo, el Papa, los patriarcas y los arzobispos mayores católicos de rito oriental y los cardenales salieron en procesión hasta el altar de la plaza que a la Basílica, donde se oficiaría la misa y donde, según la tradición, fue crucificado boca abajo San Pedro por mandato de Nerón. Allí el cardenal protodiácono, Jean Louis Tauran, colocó al Papa Francisco el Palio sobre los hombros, una estola hecha con piel de cordero y ovejas y que lleva bordadas cruces rojas, antigua insignia episcopal que recuerda al Buen Pastor que sobre sus hombros lleva la oveja perdida. El cardenal decano, Angelo Sodano, le entregaba después el anillo del Pescador (ya que Pedro es el apótol pescador) que lleva su efigie con las llaves. El Papa Francisco ha elegido que su anillo, a diferencia del de otros papas incluido Benedicto XVI no sea de oro, sino de plata dorada. Haciendo así alarde una vez más de esa austeridad que le está caracterizando. Este ha sido su enésimo gesto de humildad desde que fue elegido. La homilía, que ya se califica como cercana y humilde, fue celebrada en italiano y no en latin, en ella el Papa Francisco se ha dirigido a los jefes de Estado de Gobierno y a ellos, a los poderosos empresarios, les ha pedido que nunca olviden que el verdadero poder es el servicio y ha afirmado que quiere ser el Papa que cuide de toda la Humanidad, en especial de los más pobres, de los más débiles y de los más pequeños. Una ceremonia que ha simplificado y en la que no ha dado la comunión; en su lugar lo han hecho 500 sacerdotes distribuidos por sectores entre la gente. "Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro", ha señalado en la solemne misa. Al final, Francisco ha saludado en el interior de la basílica de San Pedro a los representantes de las 132 delegaciones de países y organizaciones internacionales que han confirmado su asistencia. Entre ellos, el príncipe Felipe, vestido de gala, y la princesa Letizia, con un vestido oscuro y velo, y el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, junto a su mujer, Elvira Rodríguez.