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ESTADOS UNIDOS

El Gobierno de Bush admite que sospechaba de la inminencia de ataques terroristas

Por Pablo FernándezTiempo de lectura2 min
Internacional17-05-2002

El presidente estadounidense, George W. Bush, tenía elaborado un minucioso plan para luchar contra Al Qaeda. Desde 1999, los servicios de inteligencia de Estados Unidos llevaban barajando la posibilidad de un ataque terrorista contra los intereses estadounidenses y en su propio territorio nacional.

La noticia ha salido a la luz y la oposición al presidente exige explicaciones. Tal era la certeza que George W. Bush tenía de los planes de los terroristas islámicos, que ya en marzo tenía perfecta y minuciosamente diseñada una campaña militar para destruir Al Qaeda. El plan era prácticamente igual al que se puso en marcha tras el 11 de septiembre. Preveía atacar Afganistán y eliminar el poder talibán mediante el apoyo incondicional a la opositora Alianza del Norte. Además, tenía ya pensada la estrategia de ahogo financiero a la red de apoyo a Bin Laden. "Algo realmente espectacular va a ocurrir aquí, y va a ocurrir pronto". Así de contundente y claro se mostró Richard Clarke, el máximo responsable de la lucha antiterrorista de la Casa Blanca el 5 de julio de 2001. Clarke no hablaba por hablar. Decía esto ante representantes del FBI, la Agencia Federal de Aviación y el Servicio Nacional de Inmigración. Tenía la certeza de que un peligro inminente acechaba y no dudó en suspender las vacaciones de los miembros de su oficina para crear un grupo de respuesta inmediata. La noticia llegó a Bush y la maquinaria militar y de espionaje estadounidense se puso en marcha pero no logró evitar la masacre. La publicación de estos datos en Estados Unidos ha provocado un enorme revuelo y críticas contra el Gobierno. Se pone en duda la profesionalidad de los dirigentes ante estas advertencias claras y detalladas. Bush se defiende de las acusaciones y argumenta que tuvo en consideración los avisos recibidos pero que no podía creer que algo así fuera a suceder: "Si hubiera sabido que iban a utilizar aviones para lanzarlos contra edificios, habría hecho todo lo posible para proteger al pueblo americano". La oposición demócrata no cesa en su empeño deslegitimador de los más altos responsables de la Casa Blanca. Mientras tanto, el portavoz presidencial, Ari Fleischer, quitó importancia al asunto y afirmó: "Somos un país en guerra y debemos permanecer unidos".