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RELIGIÓN

El próximo Papa podría ser el primer Pontífice no europeo

Por Natalia Méndez AparicioTiempo de lectura3 min
Sociedad28-02-2013

“Una retirada a tiempo es una victoria”. Benedicto XVI anunció el 11 de febrero que abandonaba sus funciones como Santo Pontífice, pero “no la Cruz”. Ratzinger confesó “no tener fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”. La ceremonia de despedida celebrada el jueves será el punto de partida para el proceso de elección del papa número 266 de la historia. Por el momento, se escuchan algunos nombres para ejercer el cargo eclesiástico más importante.

La Iglesia que cree necesitar cambios, parece apostar por un Papa que no sea europeo. Entre los cardenales favoritos, destaca el elevado número que proviene de Sudamérica, como Jorge Mario Bergoglio, Joao Braz de Aviz, Leonardo Sandri y Odilo Pedro Scherer. Aunque tampoco se descarta al continente africano, cuyo candidato principal es Peter Turkson, pero no se trata de una opción segura al haber mostrado recientemente un vídeo criticando a los musulmanes, ya que la Santa Sede no se puede permitir más conflictos, tras vivir un papado marcado por el tema de la pederastia. Benedicto XVI se ha retirado con 85 años y el Vaticano también se plantea que el próximo Papa sea joven. Uno de los de menor edad es Luis Tagle de Filipinas y con 55 años, cuya personalidad recuerda a la de Juan Pablo II. Sin embargo, el cónclave suele ser reacio a los cardenales más nuevos. Otras opciones muy nombradas son Timothy Dolan (EEUU), Marc Ouellet (Canadá), Gianfranco Ravasi (Italia), Christoph Schoenborn (Austria), Angelo Scola (Italia) e incluso el cardenal Tarcisio Pietro Bertone, secretario de Estado Vaticano y actual camarlengo. A pesar de insistir en la nacionalidad a la hora del elegir al Papa, no es este un aspecto importante a tener en cuenta para dicha elección, sino las necesidades de la Iglesia. Según el cardenal Cormac Murphy O´Connor, el siguiente en ocupar el cargo debería tratarse de una persona fuerte. Él mismo cree que Benedicto no pudo soportar más los conflictos que tenía que afrontar. A lo referente en otros aspectos hay opiniones dispares; existen quienes opinan que el nuevo Pontífice debe ser más abierto y permisivo, mientras que otros preferirían una persona que se centre en la espiritualidad. Tenga o no estas características, el siguiente Papa deberá estar capacitado para tratar una serie de temas que afectan a la Iglesia. Uno de ellos es la protección de los pequeños grupos cristianos cuya libertad de credo se ve mermada por otros grupos religiosos o políticos, como es el caso de los atentados a iglesias católicas en países africanos y de Extremo Oriente. No sólo deberá revisar lo que suceda fuera del Vaticano, sino también lo que pase dentro de los muros de San Pedro, tras el caso de la revelación de información confidencial por parte del ex mayordomo de Benedicto XVII. Otro hecho que ha marcado este último papado y ha aumentado la desconfianza en la Iglesia es el de los casos de pederastia sacerdotal, a pesar de las continuas respuestas y disculpas que ha dado la Santa Sede. No se puede dar una cifra exacta del número de cristianos a nivel mundial que serán guiados por el Máximo Pontífice, pero sí que, a pesar de que la cifra de europeos cristianos desciende, en otros países está siendo sorprendente el aumento de fieles. Países en los que el cristianismo ha llegado más tarde, no es la religión oficial o es perseguida, el número de creyentes ha aumentado considerablemente. De ahí, la idea de plantearse la elección de un papa no europeo. La Iglesia es la institución más longeva de la historia y de vez en cuando se ve obligada a modificar ciertos aspectos para adaptarse en el mundo en el que vive, intentando no abandonar sus cimientos. Por ello, la dimisión de Benedicto XVI, táctica de parecer negativo, puede resultar finalmente beneficiosa.