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Tercera Edad

Las residencias públicas mejor valoradas que las privadas

Por Adriana RobledoTiempo de lectura2 min
Sociedad28-02-2013

La habitación, las zonas comunes, asistencia diaria y entretenimiento, cuidados médicos, gestión y coste son las preguntas más frecuentes que componen la encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Los protagonistas de este sondeo fueron 600 personas de entre 50 y 65 años cuyos familiares han estado en residencias en los últimos cinco años. La conclusión es un alto grado de satisfacción aunque los usuarios de las residencias para mayores de la pública puntúan un poco más alto que los de la privada.

La encuesta se publica en la revista ‘Dinero y Derechos’ en su edición del mes de marzo. El texto incluye una valoración por distintos puntos como el económico y el ensalzamiento de las públicas frente a la privada. Para terminar han seleccionado con una serie de consejos a tener en cuenta a la hora de escoger una u otra. Las residencias públicas obtuvieron una nota de 7’6 sobre diez mientras que las privadas se quedaron en el siete. Los aspectos donde sobresales las calificaciones fueron el buen estado en el que se encuentran las habitaciones, la seguridad existente en las zonas comunes y las “inexistentes” barreras arquitectónicas con las que las personas con una movilidad reducida o con problemas en la misma se encuentran en el establecimiento. Por el contrario, en los aspectos donde disminuye la media son el número de cuidadores para los usuarios, la opción de menús alternativos a la hora de las comidas, más actividades físicas y sobre todo las “escasas opciones para decidir el horario de despertarse y acostarse”. En el ámbito económico las diferencias son bastante reducidas. Mientras que en una privada el coste medio es de 1.700 euros al mes, en una pública es de 1.500. Esta última cifra, que también afecta a las concertadas, se puede costear este coste mediante aplicación de porcentajes en función de los ingresos. Es decir, no tiene que pagar la cantidad íntegra sino que dependiendo de los caso pueden abonar un 65 por ciento o un 80. El problema que presentan ambas, aunque es más palpable en las públicas, es que el 75 por ciento de los consumidores tuvo que esperar y un 16 por ciento durante dos años. Para una plaza concertada, el 40 por ciento tuvo que estar adscrito a una lista de espera mientras que en las privadas la cifra se reduce hasta el 20 por ciento. En el último apéndice del informe hay varios puntos cuya finalidad es la de clarificar la elección de una residencia pública o privada además de la de dar consejos antes de tomas una decisión. Entre ellos destacan la visita a las instalaciones para comprobar si se adecúa a “las necesidades del mayor y su grado de dependencia”, cerciorarse de que la cantidad de personal es la adecuada teniendo en cuenta que a cada cuidador le corresponden entre tres y cinco residentes en función de su dependencia. Es importante leer con atención el contrato y el reglamento interno. Por último si ocurre cualquier problema como la pérdida de objetos personales, incumplimiento del servicio, cuidados diarios accidentes o similares, existen las hojas de reclamaciones que el residente tiene a su disposición para solicitar que se cumplan estos problemas.