RELIGIÓN
El Papa deja libertad para que se pueda anticipar el cónclave
Por Vera Cid1 min
Sociedad25-02-2012
Benedicto XVI ha publicado “un motu propio" para precisar algunos puntos de la "constitución” apostólica, según ha informado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. El Pontífice mantiene que desde el momento en el que comienza la Sede Vacante, es decir el interregno existente desde que el papa fallece o renuncia y se elige al sucesor, "hay que esperar quince días completos para comenzar el cónclave"
El documento de iniciativa papal para modificar cuestiones del Gobierno de la Iglesia podría permitir a los cardenales el adelanto del cónclave. Según la Constitución Universi Dominici gregis el cónclave debe comenzar después de 15 o 20 días de producirse la vacante de la Silla de Pedro por muerte o por la renuncia del Pontífice. "Pero dejo al Colegio Cardenalicio la facultad de anticipar el inicio del cónclave si consta que están presentes todos los cardenales electores, como también la posibilidad de atrasarlo si hay motivos graves. No obstante, transcurridos veinte días del inicio de la Sede Vacante, todos los cardenales presentes tienen que proceder a la elección", precisa el papa en el documento. La Sede Vacante comenzará en el momento en el que la renuncia de Benedicto XVI al papado sea firme, es decir un segundo después de las 20.00 horas de Roma (19.00 GMT) del 28 de febrero próximo. Además, en los últimos días, varios cardenales han expresado su voluntad de anticipar el inicio del cónclave, que será la primera vez que se realice en siete siglos con el pontífice en vida. El eventual anticipo del cónclave, gracias a la intervención in extremis del papa Ratzinger, podrá ser establecido por los cardenales reunidos en congregación general al inicio de la llamada Sede Vacante, es decir, el periodo que empieza cuando el papa renuncie y el camarlengo, cardenal Tarcisio Bertone, se hace cargo del gobierno temporal de la Iglesia. Se espera que 117 cardenales electores participen en los trabajos del cónclave en la Capilla Sixtina hasta que la fumata blanca anuncie el habemus papam, es decir, que los purpurados han elegido al sucesor de Benedicto XVI.