EL BBVA da explicaciones a sus accionistas
Por Rodrigo Marciel Ibáñez
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Economía14-05-2002
Tres millones de cartas ya han sido enviadas por el BBVA. De esta forma, el Banco que preside Francisco González, pretende aliviar un tanto el clima de crispación que los accionistas, clientes y empleados de España mostraron sobre todo en el inicio del conflicto.
"A lo largo de las últimas semanas hemos escuchado y leído diariamente afirmaciones, opiniones y comentarios de distinto signo relacionados con el Grupo BBVA". De esta manera arranca la carta remitida por la entidad. Al menos un millón de accionistas han recibido ya el punto de vista de la compañía que considera el conflicto como "una situación anómala y excepcional que nunca debió haber ocurrido". La entidad bilbaína analiza el caso en tres situaciones. En primer lugar, habla del expediente administrativo que el Banco de España abrió al BBVA por no registrar diversas cuentas. Aquí se reconoce el error y se califica como algo "excepcional". En segundo lugar, el escrito alude a los supuestos movimientos ilícitos del Privanza Bank Ltd. (Jersey) y BBVA Privanza Banco. La entidad explica que estas dos filiales del BBVA son independientes y de ahí el desconocimiento de sus actuaciones. Según el Banco "los servicios prestados por BBVA Privanza Bank Ltd son similares a los de cualquier otra entidad establecida en la jurisdicción de Jersey. Creemos que no ha habido ninguna actuación irregular". La entidad bancaria habla a renglón seguido del testigo que sacó a la luz las supuestas operaciones ilegales de la filial puertorriqueña del Banco, BBVA International Investmen Corporation. El BBVA desacredita por completo al testigo, "las acusaciones son absolutamente infundadas. Las mismas se basan en las declaraciones de un testigo, antiguo empleado de una filial nuestra en Puerto Rico, que fue condenado por un Tribunal de Estados Unidos por apropiación indebida de fondos del Banco". Sobre la dimisión de varios consejeros, la entidad argumenta que estos abandonaron el cargo de manera voluntaria y así, según el BBVA, evitaron que su permanencia se interpretase en perjuicio de la imagen de la institución.