SALUD
La OMS da una esperanza a los enfermos de sida de los países más pobres
Por Celia Pareja
2 min
Sociedad14-05-2002
La 55ª Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en Ginebra la pasada semana, pretende conseguir el acceso a medicamentos seguros, eficaces y de calidad para todos los países. En especial para los países más pobres, que son los más castigados por el sida. El pasado año, esta organización acordó con cinco compañías farmacéuticas la bajada de los precios de los tratamientos antivirales en un 80 por ciento. Aunque esta reducción suena impresionante, no ha sido suficiente para llegar a los 40 millones de personas enfermas en todo el mundo.
En Malí, sólo unas 300 personas se beneficiaron de esta medida, de los 350 millones de infectados con el virus en este país. Este año, la OMS ha evaluado diversos fármacos relacionados con el virus de inmunodeficiencia humana(VIH) y el 20 de marzo hizo pública la primera lista de productos que cumplen las normas de calidad recomendadas por esta organización. La fase inicial del proyecto incluye 40 productos genéricos y de marca. Además el informe del Genoma Humano y la Salud Mundial, desarrollado por 14 expertos, ofrece un futuro mejor para el tercer mundo, gracias a los proyectos de vacunas experimentales ya en marcha. El problema, una vez más, es la falta de fondos en los países pobres. Helen Wallace, miembro de la organización británica Genewatch, cree que el informe es demasiado optimista. “Desde que se desarrolla una vacuna en un país occidental hasta que es lo suficientemente barata para ser accesible a un país del Tercer Mundo transcurren 15 años”. La ministra de Sanidad del Gobierno español, Celia Villalobos, ha sido la representante de sanidad de la Unión Europea (UE) en la asamblea de este año. Villalobos recordó el compromiso de Europa con el Fondo Mundial de Lucha contra el sida, la tuberculosis y el paludismo. La UE se ha comprometido a destinar a este Fondo 1.021 millones de euros entre 2002 y 2005. La OMS ha decidido además posponer sin fecha fija la destrucción de las dos reservas existentes de viruela. Con esta medida pretenden garantizar la posibilidad de crear vacunas, necesarias en caso de un uso bélico de algunas de las cepas que se conservan en el laboratorio. Pese a la psicosis creada después de los atentados del 11 de septiembre y las posteriores infecciones de ántrax, los 191 países miembros de la OMS se consideran preparados para hacer frente a un posible ataque bioterrorista.