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Unión Europea

Dos activistas iraníes reciben el Premio Sájarov

Por Adriana RobledoTiempo de lectura3 min
Internacional12-12-2012

En pleno siglo 21 la libertad de expresión debería de ser una realidad. Debería de ser un objetivo realizado, no una tarea por hacer. Esta es la realidad de China, Irak, Irán, Nepal Corea del Norte, Cuba y Birmania entre otros. Si se aniquila la libertad de expresión se aniquila los derechos humanos. La voz es la manera que tiene una persona de expresarse. Si le quitan la voz, aún podrá escribirlo. Pero si le dejan sin manos nadie le podrá oír, nadie podrá atender sus súplicas o sus denuncias. Nadie le va a hacer caso. Para los gobiernos de estos países, este uno de sus mayores logros. Todos callados, con la cabeza agachada sin armar follón. Aquel que ose salirse de la línea marcada será el primero en ser encarcelado o en sufrir las torturas.

La galardonada abogada, Nasrin Sotoudeh, es especialista en Derecho Humanos, lo que le ha llevado a la encarcelación durante seis años y a no poder ejercer su profesión durante 10 en Irán. Ha defendido a activistas y opositores iraníes detenidos durante las elecciones presidenciales de 2009 además de amparar a menores condenados a la pena de muerte, mujeres y presos de conciencia. Su condena fue elaborada por el Tribunal Revolucionario en enero de 2011 por “actuar contra la seguridad nacional” y “propaganda contra el sistema”. Esta condena fue recurrida por un tribunal de apelación que redujo su pena de cárcel, por la que le pedían diez años, y la prohibición de salir de su país y de ejercer el derecho por la que estipulaban 20 años. Su compatriota Jafar Panahi es un prestigioso director de cine cuyas películas muestran la cara más dura de la vida en Irán centrada en los colectivos más vulnerables como las mujeres, los menores y los pobres. Su películas han alcanzado un reconocimiento mundial siendo `El Globo Blanco´ la película que en 1995 le llevó a ganar el Premio a la Cámara de Oro en el festival de Cannes. El director fue condenado a seis años de cárcel tras apoyar al aspirante a presidente de la oposición, Mirhossein Musavi, en las elecciones de 2010. Por esto, en marzo de 2010 fue detenido y castigado, además de con la cárcel, con la imposibilidad de hacer cine durante 20 años. El presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, ha justificado la entrega del Sájarov a estos dos activistas para “rendir honor a sus extraordinarios esfuerzos en la lucha por la dignidad humana, los derechos básicos y el cambio político en Irán". Además, ha lamentado que ambos no hayan podido acudir a recoger el premio en persona por estar encarcelados. "Están con nosotros hoy en espíritu", ha recalcado. En el centro del hemiciclo sellado por la Premio Nobel de la Paz en 2003, la iraní Shirin Ebadi, la hija de Panahi, Solmaz; el fundador de la Asociación iraní de Juristas y de la Liga para la Defensa de los Derechos Humanos en Irán, Karim Lahidji; el productor y director de cine y presidente de la Filmoteca francesa, Costa-Gavras, así como el director general del mismo organismo galo, Serge Toubiana, que han representados a los activistas iraníes. En referencia a los ganadores, el presidente alemán ha solicitado la liberación "inmediata y sin condiciones" de la abogada iraní por "la falta de rendición de cuentas" del régimen. También ha recordado que mientras Panahi recogía premios a nivel internacional, sus películas eran eran prohibidas en su propio país. "El pueblo iraní se merece un Gobierno que respete los Derechos Humanos y eso requiere un régimen diferente al que tiene ahora", ha comentado Schulz. En el acto, se han leído los discursos de los galardonados. En el de Sotoudeh, el cual ha leído Ebadi, ha comunicado el “honor” además del ánimo que le ayuda “a continuar mi lucha con paciencia y tranquilidad". Además, se lo ha dedicado a los presos iraníes y las minorías religiosas, “oprimidas por el islam”, junto con los ciudadanos que protestaron pacíficamente por los dudosos resultados de las elecciones del 2009. Palabras a parte ha tenido para su abogado, también encarcelado durante 13 años, por defenderla “valientemente”. El director de cine, por otro lado, cuyo discurso ha sido leído por Costa-Gavras, director de la Filmoteca francesa, ha dedicado el premio a “todos los defensores de la libertad de expresión y que luchan por la paz en todo el mundo” de forma anónima. Además se ha disculpado por no poder asistir a la entrega, “no sé si me tendría que disculpar yo u otros”. Por último, ha lazado una flecha contra el régimen iraní pues “cada día se vuelve más intolerante”.