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ELECCIONES EE.UU.

Romney y su carrera a la Casa Blanca

Por Selene PisabarroTiempo de lectura2 min
Internacional04-10-2012

Lejos de cualquier estereotipo, Mitt Romney es un político singular. No ha hablado casi de sí mismo durante la campaña electoral porque sabe que su condición de millonario y sus creencias religiosas no le proporcionan simpatía al pueblo americano. Su espontaneidad a la hora de hablar le ha jugado alguna que otra mala pasada en su carrera a la Casa Blanca.

La biografía del candidato republicano comienza en un distrito de clase alta en Míchigan el 12 de marzo de 1947. Su padre, George Romney, le inculcaba que había que trabajar duro para conseguir las metas que uno se proponía. Su progenitor era un poderoso ejecutivo de una industria automovilística, American Motors, y además, el político perfecto para llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, por diversas razones, su carrera sufragó y resultó electo Richard Nixon. Mientras hacía campaña, Mitt, que aún era un niño, le acompañaba. En la adolescencia, conoció a la que sería su esposa años más tarde, Ann. Mientras, fue misionero mormón durante dos años en Francia. Allí sufrió un grave accidente de tráfico y le dieron por muerto, historia que su madre nunca creyó. Cuando regresó a casa, se casó con su mujer y, más tarde se trasladaron a Utah. Fue en la Universidad de Harvard donde Mitt se licenció en Derecho y Administración de Empresas y comenzó a trabajar como consultor. Romney fundó la firma financiera Bain Capital, con la que pretendía adquirir otras empresas y así mejorar su gestión para luego venderlas a un mejor precio. Muchos de estos negocios quebraron pero consiguió una gran fortuna. Además, apostó por Staples, una cadena de papelerías que hoy cuenta con más de dos mil sucursales. En 1994, comienza su carrera política cuando intenta colocarse como senador frente al demócrata Ted Kennedy en Massachusetts. Una de sus ideas más polémicas fue proclamar el respeto por el derecho al aborto y la marcha del orgullo gay. Sin embargo, sabía que en esa primera campaña, los ciudadanos no le votarían. Ocho años después consiguió ser elegido gobernador gracias a su perfil de político flexible y a la buena gestión en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City. Solo presidió el Estado de Massachusetts durante un mandato. Mucha gente atribuye a Romney el error de no haber gobernado ya que, poco tiempo después de haber sido elegido, comenzó a planear su carrera por la presidencia de los Estados Unidos. Necesitaba un perfil político diferente y más profundo así que se opuso al aborto y a vetar el uso de la píldora del día después. En 2008 no pudo arrebatarle la candidatura a John McCain y, aún hoy, despierta recelo entre los republicanos más conservadores. En cambio, la crisis económica ha sido su mejor aliada para alejarle de los temas morales y transformar su condición de empresario. Se describe como lo contrario a Obama, es decir, con una carrera política y empresarial por delante además de una buena capacidad de gestión. Padre de cinco hijos y abuelo de diez nietos, Romney conserva los pies en la tierra aunque las habladurías digan que, en numerosas ocasiones, pierde el contacto con la realidad. Su fe, constante a lo largo de su vida, es la que le acompañará en esta carrera a la Casa Blanca que ya llega a su fin.