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NEGOCIACIONES ANGLOESPAÑOLAS

Gibraltar: ¿Español?

Por Ana María RiazaTiempo de lectura2 min
España26-04-2002

Rodeados de secretismos y murmuraciones -o gossiping, como resaltarían los gibraltareños más aferrados a su origen más británico y cosmopolita-, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se reunió el pasado miércoles con su homólogo anglosajón, Jack Straw, al término de la Conferencia Euromediterránea, para ultimar los detalles del acuerdo hispano-británico sobre el Peñón de Gibraltar.

Ambos dirigentes han mantenido ya varias reuniones periódicas sobre la soberanía de Gibraltar desde que el Primer Ministro británico, Tony Blair, anunció su deseo de finalizar con este contencioso internacional, de más de trescientos años de historia. Al término de dicho encuentro, Piqué aseguró que la voluntad de ambos gobiernos de zanjar la negociación a lo largo del mes de mayo permanece "absolutamente intacta", y resaltó que los planteamientos del "todo o nada" que ambos países han mantenido durante los últimos tres siglos han sido los coágulos que han obstruido la fluidez en las relaciones de ambas naciones y, por tanto, la consecución de una solución definitiva. No se manifestaba con tanta rotundidad el secretario de Estado británico, Peter Hanim, quién ya ha reseñado la existencia de ciertas "dificultades" en las últimas conversaciones mantenidas entre Piqué y Straw, puesto que aún "existen asuntos muy difíciles que necesitan ser resueltos". Y es que, según Hanim, el Gobierno británico busca un acuerdo definitivo, y no uno de transición, en sus relaciones con España sobre la soberanía del Peñón. De ser así, Reino Unido y España firmarían la soberanía compartida definitiva, cerrando las puertas a una futura soberanía total sobre Gibraltar. Además, Reino Unido dispondría de ahora en adelante del control de la base militar situada en el Peñón. Por su parte, los habitantes de Gibraltar continúan con su propia reivindicación de su derecho a la autodeterminación. Derecho que, al parecer, queda al margen de las negociaciones hispano-británicas, que, hasta el momento, se han llevado a cabo sin la presencia del Gobierno de Gibraltar, quién ya ha amenazado con organizar su propio referéndum si su opinión no es tenida en cuenta al término de este bilateral juego de tiras y aflojas.