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DIPLOMACIA

Castro evidencia las presiones a México para que él y Bush no coincidieran en Monterrey

Por Vicente García GandíaTiempo de lectura2 min
Internacional26-04-2002

"Que puedas venir el jueves y que participes en la sesión y hagas tu presentación, como está reservado el espacio para Cuba a las 13.00 horas. Después tenemos un almuerzo que ofrece el gobernador del Estado a los jefes de Estado; inclusive te ofrezco y te invito a que estuvieras en ese almuerzo, inclusive que te sientes a mi lado, y que terminado el evento y la participación, digamos, ya te regresaras (...). Y que me dejaras libre y es la petición que te hago para que no me compliques el viernes".

Estas palabras del presidente mexicano, Vicente Fox, son las que han provocado las tensiones entre Cuba y México. Todo ocurrió en la noche del 18 de marzo, los dos mandatarios mantuvieron una conversación telefónica con motivo de la Cumbre Internacional de Monterrey. Desde México, se pedía a Castro que adelantase su salida de la Cumbre presidencial antes de la llegada del presidente estadounidense, George W. Bush, y se abstuviese de criticar a Estados Unidos. Pero la respuesta del líder cubano fue tajante: "No albergue el menor temor, que no voy a soltar ninguna bomba allí (...). No, yo me voy a limitar a exponer mis ideas básicas y fundamentales, y lo haré con todo el respeto del mundo. Yo no voy a tomar aquello como tribuna para agitar ni mucho menos: voy a decir mi verdad". La divulgación de la conversación telefónica por parte de Castro ha suscitado una tensión que ha puesto a prueba las relaciones entre ambos países. Según el dirigente cubano, la grabación de conversaciones entre gobiernos se realiza con frecuencia y, en este caso, lo que le ha llevado a difundir su contenido ha sido dejar constancia de que Vicente Fox es un mandatario servil y doblegado a la política estadounidense. "La gota que colmó el vaso", según Castro, ha sido el voto condenatorio de México contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. El líder castrense aseguró que, en febrero, se habían comprometido a no apoyar ninguna condena a Cuba y que ahora Fox había traicionado "vilmente esa promesa". A pesar de todo, y, en palabras de Castro, "las relaciones diplomáticas se podrán romper, pero los vínculos fraternales e históricos entre los pueblos de México y Cuba serán eternos". La polémica ha afectado también a Uruguay. El presidente de ese país, Jorge Batlle, anunció la semana pasada que su Gobierno rompía las relaciones con Cuba por "el tono de los agravios" de Fidel después de que el Ejecutivo uruguayo impulsara una resolución sobre los Derechos Humanos en Cuba ante la ONU.