ARGENTINA
Se pone en marcha el enésimo plan económico que intenta dar oxígeno al país
Por Raquel González2 min
Economía28-04-2002
No ha sido una semana fácil en Argentina. Los bancos han estado cerrados, el peso no ha cotizado en el mercado cambiario, presentó su dimisión el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, y se promulgó la ley tapón, que elimina cualquier atisbo de recuperación por vía judicial del dinero que atesora el corralito.
Una nueva etapa, otra, se abre ahora para el Gobierno de Duhalde y su parcheado gabinete. Se han puesto un plazo de 90 días para ver si hay resultados favorables. Si cumplido el límite no se ven frutos, la opción que se tomará será la de anticipar las elecciones que hoy por hoy están previstas para septiembre del 2003. En un intento de amarrarse al poder, el Gobierno de Duhalde y los gobernadores provinciales han elaborado el que será el enésimo plan económico. En él se centrarán en recortar el gasto público de las provincias -elemento indispensable para optar a las ayudas del Fondo Monetario Internacional-, mantener los acuerdos internacionales, retomar la aprobación del plan Bonex, que provocó la dimisión del anterior ministro de Economía, Remes Lenicov, y revisar la actual situación del corralito. Ya se hizo también, la pasada semana, algo en relación con el dinero encerrado en el famoso corralito, se aprobó la ley tapón que ha cerrado cualquier posibilidad a los ciudadanos de recuperar sus ahorros mediante un recurso de amparo. Ahora se necesitará una sentencia firme, es decir, apelada y ratificada por un tribunal superior. El nuevo ministro de economía, Roberto Lavagna -colaborador con el radical Raúl Alfonsín y hasta ahora representante de Argentina en la Organización Mundial del Comercio-, tendrá que demostrar a lo largo de esta semana hacia donde caminará su política económica. De momento, tendrá que pasar por el trago de ver si el peso se mantiene firme o se deprecia cuando esta semana se abra el mercado cambiario, tras cinco días de parálisis. Desde enero, el dólar subió, con respecto al peso argentino, un 230 por ciento.