Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CASO MICROSOFT

Gates predice la desaparición de Windows

Por La SemanaTiempo de lectura1 min
Comunicación23-04-2002

El fundador y presidente de Microsoft, Bill Gates, se sentó por vez primera en el banquillo después de cuatro años de proceso por prácticas monopolísticas contra su compañía. Lo hizo para demostrar a la juez del caso, Colleen Kollar-Kotelly, que la dureza de las sanciones propuestas puede acabar con el sistema operativo Windows.

Cuatro argumentos esgrimió el mago de la informática para defenderse de las sanciones. Primero, que Microsoft es incapaz de desarrollar la versión de Windows que reclaman los nueve estados demandantes y que, de ser posible, costaría 10.000 millones de dólares. Segundo, que si se exige la retirada de Windows del código del Internet Explorer -el navegador incorporado de la compañía-, “se degrada el funcionamiento del sistema, trabaja más lentamente y deja de funcionar por completo”. Afirmó en tercer lugar que la “competencia” de Microsoft “recibirá una ayuda irregular e injusta en caso de que se nos obligue a entregar nuestros secretos tecnológicos”. Por último, se acordó de sus queridos usuarios: “Los usuarios serán los que sufran las consecuencias porque nuestros productos tendrán menos capacidad para realizar las funciones para los que han sido realizados”. Naturalmente, no se le ocurrió pensar que los usuarios tal vez prefieran otros programas de otras compañías mucho más completos pero con ciertas incompatibilidades debido a la ocultación de esos “secretos tecnológicos”. Microsoft llegó a un acuerdo en noviembre del 2001 con nueve de los 18 estados en litigio. Los otros nueve, sin embargo, siguen exigiendo a Microsoft una serie de condiciones antimonopolísticas. Una de ellas es que Microsoft revele el código fuente de su sistema operativo para facilitar la compatibilidad de Windows con otros programas de distintas compañías; la otra sanción que preocupa a Gates es la que busca extraer de Windows todo lo que no sea esencialmente un sistema operativo y reducirlo así a su mínima expresión.