CÓDICE CALIXTINO
Rajoy asegura un nuevo plan de protección
Por Rita Casdelo
2 min
Cultura08-07-2012
"¡Bienvenido a casa!", esto es lo que debieron pensar los trabajadores de la Catedral de Santiago de Compostela al recibir, la mañana del domingo, el Códice Calixtino en el templo. Más de un año después y sin esclarecer las razones y las causas del robo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, y el deán de la Catedral han recibido la joya entre mucha seguridad.
El Pazo de Xelmírez ha sido el lugar elegido para celebrar el acto en el que Ramón Izquierdo, el director del museo del templo, fue el encargado de entregarle a Mariano Rajoy el Códice Calixtino, cumpliendo con el protocolo del uso de guantes. Fue el presidente del Gobierno quien se lo ha entregado al arzobispo de Santiago, Julián Barrio, con los miembros de la Xunta y sociedad civil como testigos. El acto no solo sirvió como símbolo para la entrega, sino que además ha hecho que el Gobierno se ha comprometido a firmar un convenio con el Arzobispo de Santiago para “establecer un sistema de protección de los bienes del patrimonio artístico” del templo. También ha asegurado que el Instituto de Patrimonio histórico español hará un "chequeo" al libro que, se mantuvo guardado en muy malas condiciones durante un año. El arzobispo tampoco se quedó atrás y aseguró que la Iglesia tomará las medidas necesarias para terminar con este caso y solventar la mala custodia que se puso de manifiesto a lo largo de este último año. Las últimas informaciones indican que el libro al parecer fue hallado cuando los agentes buscaban una maleta con 600.000 euros, robada de la Catedral. El sábado, el diario El Mundo, publicaba en su web unas declaraciones de Erik el Belga en las que asegura que que el Libro de Horas, también encontrado entre los objetos robados, se cotizaría el doble que el Códice, ya que este fue sometido a un robo y la vigilancia sobre él es mucho mayor. Además ha afirmado que el Libro de las Horas "sí que valía medio millón de euros en el mercado negro del arte, porque era un libro desconocido del que no había constancia", admitiendo que él mismo ha vendido alguno. Una historia, más propia de las pantallas de cine que de la realidad que, de momento, habrá que esperar para cerrar. Sobre el caso no pesa secreto de sumario.