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CRISIS FINANCIERA

Rajoy: "Sin las reformas, España estaría intervenida"

Fotografía Mariano Rajoy, al empezar su solemne comparecencia en La Moncloa (©foto: LaSemana.es)

Mariano Rajoy, al empezar su solemne comparecencia en La Moncloa (©foto: LaSemana.es)

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
España10-06-2012

En el momento más delicado para España, Mariano Rajoy está contento. No es que el optimismo antropológico de Zapatero haya contagiado al nuevo inquilino de La Moncloa. La razón es que el presidente del Gobierno está convencido de que el rescate financiero de los bancos es una buena noticia para el país entero, para el futuro del euro y para el conjunto de Europa.

"Lo ocurrido demuestra las ventajas de la cooperación dentro de la UE. A más Europa y más integración y más apoyo, mejores resultados para todos. Es un paso en la buena dirección, la situación es la que es y no podemos engañarnos". Con estas palabras justificaba Rajoy el rescate de los bancos. Era su manera de insuflar ánimo en el peor momento financiero de la historia de España. El presidente del Gobierno compareció el domingo en el Palacio de La Moncloa bajo una enorme expectación. Lo hizo en el Salón de Tapices, reservado para las grandes ocasiones. Con la solemnidad que aporta el lugar elegido y bajo la atenta mirada de decenas de periodistas españoles y extranjeros, Rajoy arrancaba su intervención declarándose "muy satisfecho" por la solución encontrada. A su juicio, los 100.000 millones de euros que la Unión Europea va a poner a disposición de España son "el mejor procedimiento" para sanear las entidades financieras. Desde su punto de vista, tanto dinero es en realidad una "línea de crédito" en la que el Gobierno actuará de intermediario y con la que piensa hacer negocio, al cobrar a los bancos unos intereses superiores a los que la UE marque a España. Para el Gobierno, el mecanismo finalmente acordado representa un triunfo en las duras negociaciones con los socios comunitarios. Incluso, Rajoy presumió de haber insistido hasta la saciedad a otros países para que dieran su brazo a torcer y permitieran que el saneamiento de la banca se realice con fondos europeos, en lugar de con más deuda española. "¿Presiones? A mí nadie me ha presionado, el que he presionado he sido yo", se jactó. Pero la alegría de Rajoy tenía un motivo mucho más comprensible. Sólo quien parecía haber visto las orejas del lobo en los últimos días podía explicar como un triunfo el rescate financiero. "Si no hubiéramos hecho en estos cinco meses lo que hemos hecho, se hubiera planteado la intervención del Reino de España y, como llevamos cinco meses haciendo nuestros deberes, lo que se planteó fue una apertura de una línea de crédito para nuestro sistema financiero con el objetivo de recuperar la solvencia", sentenció. El Ejecutivo cree que las reformas de los últimos meses le han permitido ganarse "la credibilidad entre nuestros socios y las instituciones europeas y mundiales", lo que ha evitado que la ayuda a los bancos se convirtiera en un rescate completo de todo el país al estilo de lo ocurrido anteriormente con Grecia o Portugal. La ayuda a los bancos españoles es, según Rajoy, el punto de partida para revitalizar la economía. Para que se entendiera con claridad, comparó el sistema financiero con "el sistema circulatorio del cuerpo humano" y adujo que sin crédito no pueden ponerse en marcha inversiones tampoco pueden crearse puestos de trabajo. Terminada la comparecencia, Rajoy se marchó contento por haber conseguido lo que quería y dejó que su equipo rematara la faena ante la prensa con más argumentos sobre las bondades del rescate financiero. La tesis del Gobierno es que el préstamo de la UE "no afecta en absoluto al déficit público" porque los bancos rescatados tendrán que asumir por completo el coste de los intereses.