Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

Estados Unidos

Obama presenta un plan de empleo a dos días del 11-S

Por Caterina CrespoTiempo de lectura2 min
Internacional09-09-2011

Mientras el país vive el desgraciado recuerdo del 11- S, y el paso de nada menos que diez años, el presidente estadounidense, está pendiente de su campaña de reelección. La estrategia de Barack Obama, es un plan de empleo de 450.000 millones de dólares (unos 324.000 millones de euros) e incluye más inversiones en infraestructuras, más dinero para los estados y una rebaja en las cotizaciones sociales de los asalariados y de las empresas. En su discurso ante ambas Cámaras del Congreso, ha asegurado que su proyecto de empleo "proporcionará un impulso a la economía que se ha estancado" y estará "completamente pagado". Y el objetivo es que el Capitolio lo apruebe antes de fin de año. Y compensar el coste del plan con nuevos recortes del gasto público. El plan de Obama incluye incentivos para la contratación de veteranos y parados de larga duración y ayudas a los gobernadores y a los alcaldes para que no despidan policías, bomberos o profesores. También prevé un programa de inversiones públicas para renovar unas 35.000 escuelas y mejorar carreteras, ferrocarriles, canales y aeropuertos. Potenciar el consumo y por eso anunció que los ciudadanos podrán renegociar sus hipotecas a mejores tipos de interés y los asalariados tendrán más dinero en sus bolsillos.

Eximir a los empresarios de pagar impuestos por sus nuevos empleados, para estimularlos a dar empleo, y reducir a la mitad la presión fiscal de sus nóminas. Recorte en los impuestos que no para todos los expertos es una buena noticia. Lo que sí es cierto es que cada vez, el presidente tiene menos popularidad. Y el paro ronda el 9,1%. Las medidas son necesarias pero todavía queda convencer a los republicanos. El discurso dejó ver el empeño del mandatario en presentarse como un político conciliador, por encima de las rencillas partidistas de demócratas y republicanos. "Los periodistas se preguntaban esta semana qué supondría este discurso para el presidente o para el Congreso y cómo afectaría a las encuestas o a las elecciones", dijo Obama, "pero a los americanos que nos están viendo no les importan nuestras diferencias políticas. Tienen preocupaciones reales". Su desafío es rebatir a la mayoría que cree que el presidente no es un buen gestor y de convencer a los votantes independientes, que han abandonado a Obama en los últimos meses. Por eso Obama presentó un programa moderado. En las antípodas de los excesos del programa de gasto público que aprobó en febrero de 2009 por valor de unos 700.000 millones de dólares (563.000 millones de euros). Durante una década, o algo más, Estados Unidos ha tenido que enfrentar dos guerras discutibles y una crisis económica sin comparación desde la Gran Depresión son algunos de los principales factores de crispación. La irrupción en el primer plano político de un movimiento racista y agresivo como el Tea Party es otro elemento imprescindible de la tormenta. Pero también la izquierda ha contribuido en alguna medida al enfrentamiento actual con llamamientos reiterados a Obama. Y ahora la ciudad está en alerta terrorista. La Administración Obama había asegurado hasta esta semana que no era necesario elevar el nivel de alerta, pero ahora avisa que ha detectado un plan específico de ataque en Nueva York o en Washington. El FBI y el Departamento de Seguridad Nacional aún estudian el informe sobre un supuesto grupo de sospechosos ligados a Al Qaeda. Los agentes, buscan al menos a tres personas que llegaron a EEUU en agosto, supuestamente desde Afganistán y después de haber pasado por Irán.