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Hosni Mubarak

"Niego todos los cargos y las acusaciones categóricamente"

Por Caterina CrespoTiempo de lectura2 min
Internacional03-08-2011

Egipto ha vivido una revolución que sin duda pasará a ser uno de los grandes acontecimientos históricos del siglo XXI. El pueblo egipcio, como el heleno y muchos de los pueblos árabes han luchado visceralmente por conseguir su libertad. A Hosni Mubarak le llamaron faraón durante 30 años y este miércoles ha sido recibido, ante el tribunal que le juzgará por su actuación en la revolución que acabó con su poder, y con la vida de cientos de personas. Ha aparecido ante los medios, los miembros del tribunal, y el público expectante, en camilla y con el uniforme de acusado (camisa y pantalón blanco) en posición tumbada, con el respaldo medio levantado, pálido y envejecido. El derrocado presidente junto a sus dos hijos, Alaa y Gamal, tendrán que responder a las acusaciones de asesinato premeditado e intento de homicidio contra 800 manifestantes en la Plaza Tahrir. La segunda parte del juicio será el 15 de agosto. El ex mandatario egipcio permanecerá custodiado en el hospital de la Academia de Policía, por petición del juez, y para evitar que tenga que ser trasladado a un hospital de la capital.

Durante la sesión, el fiscal ha leído los cargos al ex presidente y le ha acusado de la participación en el asesinato de los manifestantes y de permitir que su ministro del Interior utilizara munición de guerra contra ellos. La fiscalía ha asegurado que Mubarak "tenía la intención de matar a manifestantes en las diferentes provincias donde se llevaron a cabo protestas pacíficas contra el deterioro de las condiciones del país". Además, también le ha acusado de varios delitos de corrupción y malversación de fondos públicos. Mubarak ha seguido todo el juicio desde una “jaula” junto a sus dos hijos. Los tres han negado haber cometido nada de lo que se les acusa. Tanto sus dos hijos (que sostenían el Corán en sus manos), como su padre han negado, cada uno en su turno: "Niego todos los cargos y acusaciones categóricamente. Yo no he cometido esos crímenes". Todos los cargos por los que se le imputa son en su mayoría base de haber abusado de su poder. Según la Fiscalía, Mubarak siendo presidente del país, aceptó para él y sus dos hijos cinco villas y otras propiedades por un valor de 39 millones de libras egipcias (6 millones y medio de dólares) del empresario Husein Salem, a cambio de cederle terrenos privilegiados en Sharm el Sheij. Otro de los cargos que se le imputan es el supuesto acuerdo con el ex ministro de Petróleo Sameh Fahmi sobre la venta de gas a Israel, por un precio inferior a su valor real en el mercado, a través de una compañía de Salem, que es juzgado en ausencia. El miedo que se mantenía hasta esta mañana de miércoles, era la posibilidad de que su abogado se acogiera a su derecho de no presentarse ante el juez por enfermedad. El resto de los acusados, incluidos el empresario Husein Salem, detenido en España, el ex ministro del Interior Habib al Adli y seis de sus asesores, han llegado al tribunal antes que Mubarak en coches blindados desde la cárcel de Tora, que en su tiempo albergó a los disidentes y que ahora custodia a los altos cargos del régimen. Y cada uno se ha sentado en los banquillos, separados en “jaulas” distintas. Desde afuera, la expectación ha crecido cuando han sacado en ambulancia al que hasta hace poco era el dictador, de la Academia de Policía, donde estará hasta que su salud mejore y pueda ser trasladado a la cárcel. El pueblo egipcio está dividido, por una gran mayoría que aplaude que se haga justicia, y celebra victoriosa la revolución, y una minoría que siente que sin el que fue el faraón, Egipto ya no tiene nada que hacer.