CATÁSTROFE COSTA PACÍFICO
El “éxodo nuclear” contagia el pánico a una nueva explosión
Por Rocío Linares2 min
Internacional11-03-0111
Japón vive "la crisis más grave desde la II Guerra Mundial" según el primer ministro Naoto Kan. Primero un terremoto que después originó un tsunami. Ahora también problemas nucleares. Se despierta la alerta en varias centrales. Comenzó en el reactor 1 de la planta nuclear japonesa de Fukushima Daiichi, se localizaron problemas también en la planta número 2, de localización cercana, e incluso en un tercer reactor. Se baraja la hipótesis de una fusión parcial de núcleos. Una de las consecuencias más inmediatas de la tragedia es que millones de personas no reciben ni luz ni agua y encuentran problemas para localizar alimentos.
Fukushima Daiichi es el corazón de la industria atómica japonesa donde se produjo una fuerte explosión en la tarde del sábado, afortunadamente sin ninguna fuga radioactiva. No obstante, en esos momentos la radiación se disparó hasta 1.000 veces por encima de su nivel habitual. El motivo, según el ministro portavoz, Yuko Edano, fue una reacción química entre hidrógeno y oxígeno. El incidente se ha evaluado por la agencia nuclear y seguridad industrial de Japón, que lo califica como un nivel 4, en una escala de 7. Los expertos internacionales hablan de “una situación muy seria”. Se ha evacuado a la población en un perímetro de 20 km y los cuerpos de seguridad han acordonado la zona en un perímetro de 30 km. Para todos se ha repartido yodo, como método para bloquear el paso del yoduro radioactivo, que puede provocar cáncer de tiroides. Hasta ahora cerca de 200 personas se encuentran en observación tras haber recibido cantidades no concretadas de radiación. El complejo nuclear está situado a 240 km al norte de Tokio. Actualmente hay dificultades en un tercer reactor y existe el riesgo de una nueva explosión. Según el gobierno japonés, se produjo un fallo en el sistema de refrigeración. Para algunos expertos, cuando el sistema de refrigeración falla, el proceso no se puede frenar. Como última consecuencia se produciría una fusión en el núcleo que daría lugar a la liberación de gran cantidad de radioactividad. Por el momento se ha procedido a bombear agua de mar al reactor y se mantiene la confianza en los contenedores de seguridad. Entre tanto, se produce el conocido como “éxodo nuclear” de la zona. Además de las decenas de miles de personas que han sido evacuadas de los alrededores de la planta, otros quieren huir de la zona. El Gobierno mantiene una política de información confusa que provoca pánico entre los ciudadanos. Después del terremoto y el tsunami se suspendió el abastecimiento energético. Según datos oficiales de los medios japoneses 1,4 millones de hogares carecen de agua potable desde el viernes y otras 2,5 millones de viviendas están a oscuras. También hay restricción en cuanto a la distribución de combustible hecho que está provocando la desesperación entre la población. Situaciones de desesperación por conseguir bidones de gasolina. También “asaltan” los supermercados para comprar provisiones ante la incertidumbre sobre la evolución del problema nuclear. Los hospitales cercanos a Sendai sufren graves problemas para ocuparse de los heridos, algunas instituciones no podrán funcionar durante la semana y las plantas automovilísticas tampoco podrán funcionar. Desde el Gobierno se pide constantemente paciencia y ahorro de energía. Del mismo modo, advierte de posibles apagones. Una potencia mundial asolada, amenazada y paralizada.