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La Europa de los 28

Por Mª Jesús TorresTiempo de lectura2 min
España16-03-2002

El Consejo Europeo, celebrado en Barcelona el viernes y el sábado de la semana pasada, acogió por primera vez a los líderes de los 13 países candidatos a la adhesión a la Unión Europea (UE). El objetivo no era otro que fueran implicándose en la dinámica de la política comunitaria e ir profundizando en la llamada estrategia de Lisboa, sobre la que ha versado la Cumbre de Barcelona.

Este Consejo no tenía en su agenda discutir sobre los términos de la ampliación de la UE, o de las condiciones de algunos Estados a la hora de ingresar en ella. De ello, como explicaba el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se hablará en la próxima Cumbre de Sevilla a finales de este año. Las negociaciones deberían concluir entonces, al menos con los países más adelantados, para que puedan convertirse en miembros de pleno derecho en 2004 y así participar en las próximas elecciones europeas. Los 13 líderes del Este se reunieron con los 15 de la UE para tratar la estrategias de reformas económicas, sociales y medioambientales que constituyen las propuestas de la Cumbre de Lisboa del año 2000. Los actuales socios trataron de incentivar a los candidatos para que se sumen a la estrategia de reformas que se están desarrollando en la Unión. Además, según Piqué, "esas reformas son muy importantes en sus propios países para ir adaptando sus estructuras a lo que son las exigencias de eso que se denomina globalización". Los líderes de los países candidatos - Bulgaria, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, República Checa, Rumania y Turquía - consideraron la iniciativa una forma de reforzar la cooperación actual y una UE ampliada. Cada uno de estos Estados debe asumir la legislación y los proyectos comunitarios para entrar a formar parte de la Unión. En ocasiones, para ellos resultan difíciles de cumplir. Durante este semestre, la presidencia española debe resolver las cuestiones más problemáticas como la financiación de la agricultura y los fondos de cohesión. Sin embargo, la cuestión más conflictiva no es la primera, a pesar de que supone el 80 por ciento del presupuesto comunitario, sino el elevado coste de la ampliación. Esto no se discutirá hasta la cumbre de Sevilla.