ANIVERSARIO DE LA COSNTITUCIÓN
La Constitución más ambigua resultó ser la más duradera
Por J. F. Lamata
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España09-12-2010
La actual Constitución Española dista bastante de poder ser considerada perfecta, de los cinco principales grupos que la aprobaron: PSOE, UCD, AP, PCE y CiU, probablemente no gustó del todo a ninguno, pero se trataba de buscar el consenso y todos cedieron.
Algo que no pasó en 1931, cuando la constitución fue aprobada exclusivamente por las fuerzas que entonces estaban en el Gobierno provisional, los que habían proclamado la II República, y, por tanto, con el voto en contra de toda la oposición, derechistas, monárquicos, carlistas, católicos y anarquistas. Entre el sector en el que más causó rechazo fue en la derecha, el sector que curiosamente más la defendería años después. Un prestigioso jurista como José María Ruiz Gallardón definió que era una mala Constuticón ya en 1979. La Constitución española de 1978 introduce conceptos aberrantes, por ambiguos, como el famoso de las nacionalidades. Hay elementos que casi todo la clase social identifica como malo, como fue el hehco de que institucionalizó un sistema electoral que estaba muy desacreditado en el mundo latino, que era el de la proporcionalidad por lista cerrada y circunscripción provincial. La Constitución dice en su precepto que ordena la unidad "indisoluble" de España, pero abre el camino a las "nacionalidades", y reconoce unos derechos históricos de determinados territorios sobre otros. La Constitución se incumplió desde el primer día, entre otras cosas porque convocaron los referendums para aprobar los Estatutos autonómicos del País Vasco y Cataluña mediante decreto-ley en el parlamento y sin que estuviera previamente en funcionamiento el Tribunal Constitucional. Es decir, que llegaron los Estatutos antes de que llegara la carta magna, y resultó que se dieron casos como que el Estatuto vasco no mencionaba ni una sola vez la palabra "España". Además es un hecho que la separación de poderes dejó de existir desde que se aprobó el segundo CGPJ en 1986 momento a partir del cual los magistrados se convirtieron en meros comisarios políticos de los diputados del congreso.