POLÍTICA
Un ejemplo en la lucha “indomable” por la igualdad
Por Javier M. Fandiño
2 min
España31-10-2010
Lo primero que hizo Marcelino Camacho después de salir de la cárcel de Carabanchel fue gritar “ni nos domaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar”. No hay lema más adecuado para una persona que hizo de la coherencia una forma de vida, de esos pocos hombres que ni 14 años de cárcel le hicieron renegar de sus ideas. El leitmotiv de su existencia siempre fue el mismo: la lucha por la libertad y la igualdad. España está en deuda con él.
Hace poco más de tres años, Marcelino Camacho se lamentaba en una entrevista concedida a Europa Press de que “las mejoras y avances para lograr la igualdad en España no se habían conseguido”. Consciente de que la democracia había avanzado hasta un punto impensable hace décadas, para el histórico fundador de Comisiones Obreras (CCOO), “todavía no se ha habían conseguido muchas cosas a las que aspiraba”. Marcelino Camacho no capituló nunca en su lucha por la igualdad. En aquella misma entrevista concedida a Europa Press mostraba el credo bajo el que participó en la fundación de un sindicato a los 16 años y, posteriormente, impulsó la formación de CCOO de forma clandestina en 1957 hasta su legalidad como confederación sindical en 1976. “Nosotros defendemos la paz y la vida siempre. La vida es algo esencial que hay que cuidar y es fundamental para la el desarrollo de la paz. También defendemos la libertad y la igualdad, tanto entre la mujer y el hombre como desde el punto de vista social y económico”, reconoció. Sus reivindicaciones sobre la lucha obrera y la libertad le acabaron llevando a la cárcel durante 14 años, una de las etapas más duras de su vida y que recogen sus memorias Confieso que he luchado. En 1972 fue detenido en la reunión de la Coordinadora Estatal de CCOO y juzgado en el ‘Proceso 1001/72’. Un año más tarde, el 20 de diciembre de 1973, un cuarto de hora antes del asesinato de Carrero Blanco. La condena, de 20 años de cárcel, fue reducida en seis años por el Tribunal Supremo, siendo puesto en libertad finalmente en mayo de 1976. Dos años más tarde se erigiría como secretario general de CCOO, puesto que ocuparía hasta 1987. El momento más tenso de su carrera llegó 20 años después de su salida de la cárcel de Carabanchel, cuando en enero de 1996 vio cómo era jubilado por su propio sindicato en el VI Congreso de CCOO, cuando su candidatura de presidencia fue rechazada por 572 votos en contra. Precisamente, fue entonces cuando brilló en él la fidelidad a la ideología que siempre defendió como principal virtud entre las personas. Ante esta situación, Camacho decidió dimitir como presidente honorífico de la agrupación sindical tras el progresivo cambio que la distanciaba cada vez más de sus orígenes ligados con el Partido Comunista (PCE). Pero siempre conservaría el carnet número 1 de aquel sindicato al que dio vida.