HOLOCAUSTO
Los nazis pretendían quitar la nacionalidad al escritor Thomas Mann
Por Adriana Escalada
1 min
Cultura24-10-2010
Thomas Mann, autor de La Montaña Mágica, Muerte en Venecia y Los Buddenbrook partió al exilio en Suiza en 1933 para, más tarde, viajar a Estados Unidos; lugar donde combatió al nazismo con sus discursos desde la radio. Después de tanto tiempo, el escritor alemán vuelve a ser noticia con motivo del hallazgo de un informe de la implicación del Ministerio de Exteriores.
En él, se ha descubierto que el hijo del ex presidente alemán Richar von Weizsäcker (1981-1984), el diplomático Ernst von Weizsäcker, pidió en 1936 retirar la nacionalidad al escritor Thomas Mann, según ha revelado el diario Frankfurter Allgemeine. Ernst von Weizsäcker fue secretario de Estado en 1938, pero su petición de desterrar a Mann se produjo dos años antes de dicha fecha. El hecho de querer deportarlo fue por la propaganda contra el régimen nazi que el escritor y locutor hacía. En los próximos días, el semanario Der Spiegel recogerá un informe en que argumentará que el Ministerio de Exteriores alemán fue una organización criminal durante los años que duró el nazismo (1933-1945) en la persecución de los judíos, según el presidente de la comisión, el historiador Eckart Conze. El ex presidente Weizsäcker ha defendido a su padre asegurando que su padre nunca fue una figura relevante del nazismo y su papel en el Ministerio de Exteriores fue ejemplar para mantener la tranquilidad en esos tiempos de cambios en Europa. Por otro lado, Ernst von Wezsäcker fue sometido a juicio por crímenes contra la Humanidad en los procesos a jefes nazis entre 1948 y 1949 y condenado a cinco años de cárcel. El artículo revela que después de 1945 continuaron en el Ministerio personas que tuvieron una seria implicación en el régimen nazi, según Conze. Ante estas informaciones el ex ministro Fischer se ha mostrado sorprendido. Pero no sólo él se ha quedado exhausto ante esta noticia, su sucesor en el cargo, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, afirma no poder creer la implicación de los diplomáticos en la eliminación sistemática de judíos y su posterior protección de los criminales.