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ELECCIONES EN VENEZUELA

Hugo Chávez: 12 años de lucha contra la libertad de prensa

Por J. F. LamataTiempo de lectura5 min
Internacional28-09-2010

El balance de 12 años de chávez ha sido polémico, ha mejorado muchas de las zonas abandonadas por sus antecesores al repartir más igualitariamente las ayudas gubernamentales. Pero el contrapunto ha sido la lucha brutal y nada disimulada contra los medios de comunicación que se atrevieran a criticarle y que tuvo su mayor exponente en la destrucción de la cadena de televisión más antigua del país.

Los discursos del presidente de Venezuela hablan constantemente de la inminente implantación del socialismo en el país y su admiración por Cuba, pero el tiempo de Gobierno parece demostrar que los discursos van por un lado y las instituciones por otro. Al menos legalmente las instituciones democráticas siguen vigentes, y, al menos oficialmente, PDVSA y Fedecámaras siguen funcionando, pero la imagen mediática del presidente, que todos pueden ver en "Aló Presidente" no es precísamente la más liberal. "Los canales privados de este país son cuatro: Radio Caracas Televisión, Venevision, Globovision y Televen y en realidad son los cuatro jinetes del apocalipsis", la frase es de Hugo Chávez al poco tiempo de ganar las elecciones de 1998. Lo que daba una idea de que el nuevo presidente tenía claro que una de sus luchas iba a ser por el mundo mediático, su concepción de la televisión queda clara con lo que se ha convertido el canal 8 Venezolana de Televisión (VTV), lleno de programas que son propaganda pura al Gobierno y hasta a la persona del presidente. Los propios presentadores: Mario Silva ("La Hojilla"), Warren ("Dossier"), no ocultan su admiración personal hacia "su" mandatario. El nivel de peloteo y servilismo, lleno de cuñas de ataque a la oposición - que puede comprobar cualquier usuario desde los fragmentos que hay en la web en VTV - no puedo sino sonrojar a cualquier espectador europeo y sólo podría compararse con el nivel de algún programa de La 7, la televisión pública argentina. En mayo de 2007 el Gobierno Chávez dio su mayor golpe al cargarse Radio Caracas Television (RCTV). El presidente aseguró en su discurso que se debía al supuesto apoyo que esta cadena y su presidente, Marciel Granier, habían prestado al intento de golpe de Estado, pero la realidad es que el Gobierno no se atrevió a llevar a esa cadena a los tribunales, sino que se limitó a no renovar, después de 50 años de historia, con lo que conseguía a la vez cargarse RCTV y así amenazar al resto con lo mismo si no reflexionaban. El presidente de Venevision, Gustavo Cisneros, rectificó inmediatemente, despidió a los periodistas antichavistas como Napoleón Bravo, que había apoyado a Chávez en el 98, pero que luego se convirtió en su ariete, acabaría siendo enjuiciado en 2004. También Televen suprimió toda crítica al presidente Chávez a partir de 2007. Globovision se convirtió a partir de entonces en la única cadena venezolana de oposición al presidente, centro de todas las críticas del Gobierno y la VTV. A principios de este año consiguieron la destitución del director de esta cadena, ALberto Federico Ravell, que había amenazado por el propio Chávez en sus discursos. Ravell aseguró que los accionistas de la cadena, Zuloaga y Nezerane habían sido amenazados por el Gobierno. Contra la prensa extranjera El Chavismo no sólo ha controlado todos los medios de sus países, sino que aspira a controlar emisiones extranjeras: con la creación de la cadena chavista TeleSur, y la victoria de "amigos" ha logrado que esta cadena internacional emita sus mensajes a Bolivia, Ecuador, Cuba y Argentina, además de a Venezuela. Por contra ha atacado a toda la prensa extranjera, intentado vetarlos de sus conferencias o lanzando a VTV y TeleSur contra ellas. CNN de Estados Unidos o la Caracol de Colombia han sido de las más atacadas, el propio Chávez no tuvo inconveniente en insultar personalmente a un reportero de Fox News. Aunque probablemente los medios más atacados por el chavismo (después de los venezolanos) sean los españoles. El propio Hugo Chávez echó de su despacho a Pedro J. Ramírez en mayo de 2002 cuando esta encabezó una delegación para pedirle más respeto a la propiedad privada. Su canciller Chaderton, acuso en la OEA al locutor Federico Jiménez Losantos de estar tramando el asesinato de Chávez con la complicidad del periodista peruano Jaime Bayly. El Grupo PRISA, que posee varios medios de comunicación en Venezuela, ha sido incluído por Chávez en su lista de enemigos. También a ellos se les ha culpado del golpe de Estado de 2002. Los medios chavistas se empeñan en repetir una y otra vez que el diario "El País" y la cadena SER son "medio de derechas" y "diarios conservadores". Lo cual no deja de ser sorprendente dada la imagen que estos tienen en España. De nada le sirvió a Javier Sardá (Telecinco) sus críticas a George Bush a Aznar y a la guerra, el contenido de su especial "Dutifri" sobre Venezuela no debió gustar y el presidente le echó del país prohibiendo que volviera a entrar. El Chavismo emitió varios videos calificandole de "embustero mediático" y de imperialista. La paranoia chavista le llevó la pasada semana a prohibir la entra al país de Jordi Évole "El Follonero" (La Sexta), que no es precísamente de derechas, asegurando igualmente que era cómplice del "imperialismo". La unión de la Oposición Es imposible entender el triunfo de Chávez sin entender la inexistencia total de oposición ante el desgaste de los antiguos partidos del corropido partidismo venezolano tras el triunfo del coronel. La imposibilidad de crear una oposición unido llevó al absurdo de que en las elecciones de 2000 el candidato rival de chávez fuera su antiguo colaborador, Francisco Arias, que no tendría inconveniente, tras perder, en regresar a las filas chavistas. Con el fracaso del golpe de 2002, la patronal quedó tocada de muerte, Pedro Carmona - presidente de FedeCámaras - huyó del país, PDVS quedó tocado de muerte y el líder sindical Ortega fue encarcelado. En estas elecciones por fín se ha creado una plataforma unida de la oposición, ya se ha demostrado que hay un gran número de desafectos - algo que ya se vio claro en el pasado referendum - pero pero aún no tiene un líder claro. Será en las próximas elecciones cuando el heterogeneo grupo oposicionista deberá demostrar si tiene de verdad una alternativa real a Chávez.