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LIBERACIÓN DE DOS COOPERANTES

Roque Pascual y Albert Vilalta agradecen al Gobierno el pago del rescate

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Sociedad23-08-2010

Las primeras palabras fueron de cariño para sus familias. Las siguientes, para el Gobierno, por las gestiones diplomáticas realizadas para su liberación. Es decir, por la "gran paciencia y gran trabajo" realizado hasta pagar el rescate que reclamaban los integrantes de Al Qaeda desde que les capturaron y llevaron al desierto en noviembre de 2009.

Los medios especulan con una contraprestación económica de unos 10 millones de euros, entre lo cobrado por los secuestradores y los países de la zona que han colaborado para hacer posible la liberación. El propio Albert Vilalta, nada más aterrizar en Barcelona, declaraba ante la prensa que el proceso de negociación había resultado "largo y muy complicado". "Estamos muy orgullosos de nuestro gobierno", afirmó. Lo demuestran los 268 días de cautiverio, casi nueve meses secuestrados por un grupo terrorista vinculado a Al Qaeda y que tiene extendidos sus tentáculos por todo el desierto del Magreb. La ubicación geográfica ha hecho que las condiciones de vida durante todo este tiempo hayan sido extremas. Sin embargo, Roque Pascual aseguró a su llegada a España que los raptores les trataron "correctamente pese a las carencias en que viven, que son grandes". Ni él ni su compañero tuvieron palabras de reproche para los secuestradores. Quizá síndrome de Estocolmo o quizá son conscientes de que en varios momentos estuvieron a punto de matarles porque la negociación no avanzaba. Vilalta explicó que vivían en el mismo sitio que los secuestradores, a los que siempre se refirió como "esta gente", comían lo mismo que ellos y dormían en el mismo sitio que ellos. Ahora, todo ha finalizado y están satisfechos de encontrarse de nuevo con sus familias. Lo primero que piensan hacer es cogerse un par de vacaciones de descanso, como afirmó Pascual, para descansar y recuperarse en todos los sentidos del trance. Los 20 kilos que ha adelgazado o las secuelas en la pierna del disparo que recibió Vilalta son las dos mejores pruebas de que en el recuerdo todavía permanecen estos meses. Vilalta aseguró que los secuestradores le han arrancado nueve meses de su vida por el tiempo que ha estado retenido contra su voluntad en el corazón de África. Por su parte, Pascual pidió porden a sus seres queridos por haberles hecho sufrir y prometió compensarles. "Intentaré devolveros el disgusto tan grande que os he producido durante el resto de mi vida", remachó al final de su intervención. Albert Vilalta y Roque Pascual ya están en Barcelona junto a sus familias y sus amigos, entre los que se encuentra Alicia Gámez, la otra española que fue secuestrada junto a ellos en el mes de noviembre y a la que los terroristas soltaron tres meses después.