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DISCURSO DE CASTRO

Fidel Castro advierte que Obama puede provocar una tercera guerra mundial

Por J. F. LamataTiempo de lectura3 min
Internacional14-07-2010

El comandante Fídel Castro reapareció en televisión de su país tras cuatro años de especulación sobre su salud. Reapareció, pero no para hablar de cuestiones internas: ni del difunto Orlando Zapata, ni del debilitado Fariñas, ni de los disidentes, no. Su objetivo era advertir al mundo de que "la presión" de Estados Unidos al Gobierno de Irán puede desencadenar una guerra nuclear que afectaría a todo el mundo.

El ambiente era de lo más favorable: la cadena TeleSur, una red de televisiones que emite únicamente para los canales del frente "revolucionario-bolivariano": es decir, Venezuela, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Bolivia y - de paso - Argentina (los Kirchner llevan varios años en un extraño juego de posicionamiento). Y como entrevistador, Randy, reconocido periodista de cámara de Fidel Castro, que oficialmente ya no ocuparía ningún cargo en el país, pero al que el programa se refirió como "Líder de la Revolución Cuabana", ergo se le sigue considerando líder. En la entrevista Castro criticó duramente las presiones del Gabinete Obama contra Irán y dijo que eso podría desembocar en una guerra nuclear, aseguró que todos los acuerdos de reducción de armas - que se iniciaron con el célebre pacto de Praga entre Bush-padre y Gorbachov - tuvieron siempre el único objetivo de que Estados Unidos tuviera el monopolio armamentístico mundial y añadió que si los Estados Unidos, a los que se refirió como "los yankis", atacan Irán, al mismo tiempo estallaría la guerra contra corea, con ataques de gran calado por parte del Gobierno de Corea del Norte de su camarada Kim Jong Il. También incluyó en esos preparativos de Guerra al Gobierno judío de Benjamín Netanyau, como aliado de los norteamericanos en una guerra por el golfo. En su argumentación de esta segunda parte aseguró que tropas norteamericanas mandadas por el Gobierno de Obama habían sido las responsables del hundimiento de la fragata "Cheonan" de Corea del Sur con el objetivo de que se responsabilizara a Corea del Norte, para así acelerar la escalada bélica. El "Líder" también tuvo críticas para el Gobierno chino de Hu Jintado y para el ruso de Vladimir Putin - a los que a lo que se ve ya no considera camaradas - reconoció que estos gobiernos "sí querían la paz", al contrario que el de Estados Unidos, pero a su vez les echó en cara que no fueran capaces de haber "vetado" en la ONU las sanciones a Irán, que fueron aprobadas. El comantante elogió al presidente Almadineyad - "no es un improvisado" - recordando su papel en la revolución islámica en Irán: "vencieron al sha de Persia sin armas". También se llevó elogios el filósofo norteramericano Chomski, que comparte la teoría de la inminente guerra mundial. Chomski lleva años alineado con los países bolivarianos, especialmente Venezuela y Cuba. Desde sectores anticastristas apodaron la reaparición como la de "el coma-andante". En cuanto al posible respaldo de Castro a su hermano Raúl, lasemana.es se puso en contanto con cubanos residentes en aquel país - aunque desafectos con el régimen - para preguntarles sobre ese tema: "Fidel ya no se entera de nada, Raúl ha asumido todo el poder, ya lo tenía estudiado de sus años al frente del Ejército y la Policía Secreta. Para evitar que se dividiera el Gobierno entre los seguidores de Raúl y los de Fidel, Raúl se cargó a todos los fidelistas. Primero a Carlos Lage - que como secretario del consejo de ministros había sido durante décadas el "número 3 del país" - luego acusó de traidor a Pérez Roque - canciller y ministro de Exteriores - que era su auténtico rival, y lo dejó fuera de juego". Pérez Roque había aparecido ante el país como un posible sucesor de Fidel cuanto durante un discurso el "líder de la revolución" sufrió desmayo y, ante el desconcierto de todos los presentes, fue Pérez Roque quién tomó la palabra para finalizar el discurso. "Y por último echó al vicepresidente Otto Rivero, que aunque evitó el arresto que sufrieron los otros dos, también quedó anulado". En resumen, Raúl Castro ha querido impedir que se creará un sector "fidelista" del Gobierno y en su defecto, otro "raulista", con la supresión de las cabezas del fidelismo y logrando convencer al propio Fidel que los criticara públicamente, el comandante ha quedado confirmado como la gran figura simbólica, pero únicamente como mero apoyo de la persona que, mientras, ostenta el poder ejecutivo, el hombre que ha dirigido la respresión durante 40 años: Raúl Castro