PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UE
El Gobierno hace balance positivo del semestre europeo
Por Rodrigo Romero3 min
Internacional02-07-2010
La cuarta presidencia española de la Unión Europea llegó a su fin cumpliéndose el 97 por ciento de los objetivos establecidos, según el balance oficial elaborado por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
"De la crisis hemos sacado un gobierno económico", explica el de Madrid cuando le preguntan sobre el papel desempeñado por España en el gobierno provisional de la Unión Europea. Al 97 por ciento se han cumplido los objetivos que venían siendo fundamentalmente dos: respetar la aplicación del Tratado de Lisboa y el avance en la coordinación económica. "Si los europeos no creemos en nosotros mismos quién va creer en Europa", finalizó tras explicar que se han tenido que tomar "medidas dolorosas" desde el punto de vista económico "durante estos seis meses intensos, difíciles y complejos". Medidas que comienzan con la precipitada caída de la economía griega y la debilitación constante del euro frente al dólar por culpa de los rumores especulativos, que han intentado hacer caer a los mercados en España y Portugal. Un tiempo dificil en el que el liderazgo político ha quedado a un lado para dejar paso a las decisiones del Consejo Europeo que suele ser en las circunstancias en las que Europa reacciona a los problemas. Y al frente de éstas dos nombres: Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Protagonistas y principales responsables de que algún estado al caer su economía no hiciera pedazos el euro. Decisiones importantes (ayuda de 110.000 millones para la economía helena y 750.000 millones para el euro) que, pese a la presidencia española, tiene un claro tinte europeísta. El segundo cupo de medidas se desarrollan en torno al Tratado de Lisboa. Frentes abiertos contra la Presidencia rotatoria que, al final, y con mucho sudor vió cómo algunos de sus objetivos se cumplían: la puesta en marcha de la estrategia Europa 2020 y aumentar la gobernanza económica en la Unión Europea. Meses complicados que no empezaban precisamente tranquilos. España cerraba su programa de trabajo el 23 de diciembre, tan sólo 7 días antes de asumir el testigo de la UE, ya que hasta entonces no estaba claro si el Tratado de Lisboa saldría adelante. Sin embargo, Lisboa ha iniciado su andadura sin ningún problema. El presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, ha podido ir afianzándose en el cargo en su función de \"facilitador\" (como a él le gusta definirse) y que le ha costado acusaciones de tener un perfil demasiado bajo. El tercer frente de críticas viene desde una rama del Tratado de Lisboa: el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE). Críticas que han sido mucho peores para la otra figura del Tratado: la Alta Representante. Catherine Ashton ha estado ausente en citas importantes como Haití, de la que se dice que fue traicionada por Hillary Clinton al prometerla esta que acudiría; pero también por la tardanza en poner en marcha el SEAE. El nuevo cuerpo diplomático de la Unión Europea que podrá empezar a funcionar en otoño. Y será gracias al empeño de Miguel Ángel Moratinos. El ministro de Exteriores que a falta de siete días para cerrar el semestre se encerró con Ashton, el Consejo y el Parlamento Europeo para alcanzar un acuerdo político. Sin embargo, el mayor varapalo sufrido por la Unión Europea en la etapa de la presidencia española fue la negativa de Barack Obama de no acudir a la Cumbre Unión Europea - Estados Unidos prevista para el mes de mayo en Madrid. La cita estrella de estos seis meses quedaba en el aire, como ocurrió con la Unión por el Mediterráneo. De nuevo la cita que debía reunir a los países mediterráneos quedaba aplazada hasta noviembre debido a que dicha cumbre fracasara como ocurrió con la cumbre del Agua celebrada en Barcelona. Con todo, la presidencia, pese a duras críticas recibidas por parte de aquellos que temían del gobierno español; ha sabido salir del bache. Mejoras de relaciones con América Latina y con la Iglesia Católica entre otras medidas sociales; han hecho que el Ministerio de Exteriores se fortalice ante las dudas. Y es que parece que lo que no funciona en el propio país, funciona fuera. Va a ser eso de verdad de que es más atractivo lo de fuera que lo propio.