TRADICIONES RELIGIOSAS
La prohibición del himno despierta en Toledo un descontento generalizado
Por Rodrigo Romero
2 min
Sociedad03-06-2010
Y llegó la polémica. Tras las declaraciones que minimizaban el papel del himno nacional en las celebraciones públicas religiosas, tales como procesiones y festividades especiales, no se había llegado a un momento en que se viera si esas palabras habían tenido algún efecto. En la celebración del Corpus en Toledo, se vió más descontento que otra cosa.
Hasta ahora, los cadetes de la academia de Infantería participaban de forma voluntaria en la procesión y a la salida de la custodia de la catedral tocaban el himno nacional, rendían armas y portaban la bandera de España. El Ministerio de Defensa, que dirige Carme Chacón, ha retirado los honores militares al Santísimo Sacramento, algo que se había preservado desde 1984 a pesar de que en ese año se retiraron los honores a todas las imágenes religiosas. El cambio está promovido desde el Observatorio de la Laicidad que, a mediados del mes de abril, denunció el uso de estos símbolos y la presencia de autoridades en las procesiones que se celebraban con motivo de la Semana Santa, tratándose de un estado aconfesional. El organismo criticó que "el Estado parece apostar y privilegiar una determinada opción religiosa, olvidando que es la organización política de toda la ciudadanía". Además, apuntó que, de esta manera, rememora con esta situación épocas medievales y del nacionalcatolicismo, "donde la confusión y unión del Estado con la Iglesia privilegiaba al catolicismo por encima de cualquier otra opción personal". Por ello, propuso eliminar la presencia del Ejército, la Guardia Civil o la Policía Nacional en procesiones y actos religiosos de cualquier tipo y confesión, así como anular los nombramientos de carácter religioso a las Instituciones y Cuerpos del Estado. El Ministerio de Defensa, frente a esta presión, delegó en la futura ley de libertad religiosa dar una respuesta a esta denuncia. Con Carme Chacón al frente, se aseguró al presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, que los actos conmemorativos al Corpus iban a trancurrir de una forma normal, con el miedo a discrepancias de los asistentes. El propio Barreda animó a no alimentar polémicas "falsas" y se ha sumado a las declaraciones del arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, en las que subrayaba que "el Corpus no es el himno nacional". También ha destacado el ejercicio de buena voluntad por todas las partes, incluido el Ministerio de Defensa, al permitir que los cadetes de la Academia de Infantería de Toledo presentasen armas al Santísimo. Desde la oposición, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha salido en defensa de esta festividad y ha asegurado en Toledo que la fiesta del Corpus es "una tradición de la que todos los españoles nos sentimos muy orgullosos" y ha enviado un mensaje de "esperanza" ante la situación actual de crisis porque "España es un gran país y volverán tiempos mejores". Toledo ha vivido, por lo tanto, un Corpus sin honores militares, sin himno interpretado por los soldados y sin bandera, y sin la tradicional participación del Ejército a la salida de la custodia. Esta circunstancia provocó la indignación entre la mayoría de los asistentes, hasta el punto de que, como era de esperar, fue el comentario generalizado durante toda la celebración.