AFGANISTÁN
Obama visita a las tropas: "Cuando EE.UU. empieza algo, no se retira"
Por Miguel Martorell
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Internacional29-03-2010
La visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Afganistán se produce en un momento especialmente dulce para el inquilino de la Casa Blanca. Tras superar, aunque con dificultades, su ambiciosa reforma sanitaria, Obama ha visitado por primera vez el país donde se juega su credibilidad como comandante en jefe de las tropas.
La visita sorpresa de Obama se anunció, por razones de seguridad, cuando el presidente estadounidense ya había aterrizado en Bagram. Su primera parada fue en Kabul, donde se reunió con el presidente Hamid Karzai. Durante ese encuentro, Obama emplazó al presidente afgano a luchar con más ímpetu contra la corrupción y los cultivos de opio, principal fuente de financiación de la insurgencia afgana. Después de su reunión en privado con Karzai, Obama mantuvo un encuentro con el presidente y su Gabinete, con la intención de que todos los miembros del Gobierno afgano escucharan sus palabras sobre la lucha contra la corrupción gubernamental, una de los lastres a los que ha hecho frente el Ejecutivo afgano. Antes de regresar, Obama se detuvo en la base de Bagram, donde, ante 2.000 militares de los tres Ejércitos, destacó la confianza que en Estados Unidos tienen en los soldados desplegados en el país asiático. "Sé que no es fácil. Lejos de casa. Echáis de menos a vuestros hijos, vuestras esposas, vuestra familia, vuestros amigos (...) si pensara por un minuto que los intereses vitales de América no están en juego aquí, en Afganistán, ordenaría que regresarais todos a casa inmediatamente". Obama resaltó que los avances logrados contra los talibán repercuten en la seguridad de EE.UU. y, entre los aplausos de los militares, resaltó: "Los Estados Unidos de América, una vez que empieza algo, no se retira". "Seguimos adelante. Perseveramos. Y, juntos, con nuestros socios, prevaleceremos. Estoy totalmente seguro de eso". Tras su encuentro con las tropas, Obama se reunió con el embajador estadounidense en Kabul, Karl Eikenberry, y con el comandante de las fuerzas militares aliadas, el general Stanley McChrystal.