DERECHOS DE AUTOR
Varias instituciones firman un manifiesto contra el Canon al CD-R de la SGAE
Por La Semana2 min
Comunicación23-02-2002
Una sentencia del juzgado número dos de Barcelona obliga a Traxdata, empresa productora de CD-R, a pagar un canon por derechos de autor a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Traxdata deberá pagar por cada CD que fabrique y haya fabricado desde 1997.
La sentencia está recurrida y la medida, congelada. La plataforma Contra el Canon de la SGAE aglutina en un manifiesto el pensamiento de gran parte de la sociedad red. En su comunicado, la plataforma Sin Canon argumenta que dicha sentencia provoca que el software libre -gratuito- deje de serlo, al tener que pagarse derechos de autor para poder distribuirse en formato CD. Así mismo, esta plataforma tampoco considera justo que un usuario legal tenga que pagar otra vez los mismos derechos si quiere escuchar su música -por la que ya ha pagado- en otro soporte. El tercer argumento de peso es que quienes usan cintas de casete, como los profesionales del periodismo, ya pagan derechos de autor para grabar sus propias obras y sería excesivo añadir también un nuevo pago con los CD-R. La empresa Traxdata ha hecho público también un comunicado en el que explica sus argumentos para recurrir la sentencia, además de anunciar que mientras no se resuelva el caso no aplicará el canon a sus productos. La SGAE, por su parte, se felicitó en su momento por la sentencia pero guarda un silencio total en su página en Internet sobre este asunto. Una selección de enlaces sobre el canon y la música en la Red que destaca por exhaustiva y bien trabajada es la de Hispalinux.es. La decisión de una SGAE en crisis, especialmente en el sector de la música, choca con la corriente dominante en la sociedad red, que propone una interpretación de los derechos de autor menos abusiva. Además de los firmantes en España del manifiesto Sin Canon, entre los que se encuentran Hispalinux, Comfia-CC.OO., la Asociación de Internautas y Kriptópolis.es, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha aceptado analizar si las leyes que protegen la propiedad intelectual favorecen excesivamente a los autores. Una resolución que apoyase este argumento podría facilitar la circulación por Internet de miles de obras literarias, musicales y cinematográficas. Hasta el todopoderoso Windows, según ha dictado un juez federal, debería hacer público su código, algo que ha empezado a hacer, independientemente de lo que resuelva finalmente la justicia, con sus mejores clientes.