PERIODISTA ASESINADO
El FBI afirma que los secuestradores de Pearl nunca pensaron en liberarlo
Por La Semana1 min
Comunicación22-02-2002
Falsas confirmaciones de muerte y sus desmentidos mantenían la esperanza sobre la vida del periodista estadounidense del The Wall Street Journal, Daniel Pearl. El vídeo enviado al FBI no deja, sin embargo, lugar a dudas. Los 3 minutos 50 segundos de cinta detallan cómo un atacante acomoda el cuello de Pearl y le introduce un cuchillo hasta decapitarle.
El FBI considera que el pago del rescate exigido, dos millones de dólares (2,35 millones de euros) no hubiera salvado al periodista, pues apuesta a que la ejecución de Pearl es parte de un complot del, hasta ahora desconocido, Movimiento Nacional de la Restauración de la Soberanía Pakistaní. La razón de ser de este grupo terrorista, integrado por radicales islámicos, sería la de amenazar al presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, por su apoyo a EE.UU. en su lucha contra el régimen talibán. En este sentido, el Departamento de Estado norteamericano y la policía pakistaní están con el FBI en que Pearl estaba sentenciado a muerte desde el mismo día en que fue secuestrado, el pasado 23 de enero. La muerte de Pearl confirma una realidad nunca discutida, pero más evidente que nunca en Oriente Medio: los periodistas están en el punto de mira de los radicales islámicos, pues encarnan una serie de valores de tradición occidental, como la libertad de expresión, muy molestos para sus intereses integristas. El último periodista español muerto en un país musulmán es José Luis Pérceval, corresponsal de la cadena Cope en Marruecos, quien murió asesinado en su domicilio de Rabat con multitud de puñaladas en la espalda, aunque el móvil de esta ocasión aún está por esclarecer. El penúltimo, Julio Fuentes, premio Godó a título póstumo, era el enviado por El Mundo a Afganistán y tuvo que Morir para contarlo.